domingo, 7 de diciembre de 2014

Menguante (II)

Tras tres meses menguando mi cuerpo vuelve a tener el tamaño y el aspecto original.

No es la primera vez que me expando y me contraigo, es una de las premisas de los embarazos y yo he vivido dos, así que esta es la tercera vez.

Pero tengo que confesar que en estaa ocasión no las tenía todas conmigo, por una parte no sabía cómo iba a responder mi cuerpo a la menopausia inducida, que dicen que los kilos se aferran más a las mujeres menopáusicas, y, por si esto fuera poco, algunas malas lenguas postoncológicas me anunciaron que con "la pastilla" se ganan algunos kilos que solo se pierden cuando acabas de tomarla, vamos, en cinco años de nada.

"¿Y dónde vas a meter los pellejos cuando adelgaces?"

Por tercera vez en mi vida he sido capaz de adelgazar sin pellejos, de una forma homogenea y equilibrada. Otra cosa que no se me da mal.


martes, 2 de diciembre de 2014

Nueve de cada diez oncólogas

Nueve de cada diez oncólogas se han ocupado de mi carcinoma en algún momento de este año largo.

Evidentemente es una broma y en realidad creo que han sido cinco (contando la oncóloga de la radioterapia). Está la que se supone que es mi oncóloga oficial y es la que más veces me ha atendido, un oncólogo que me pasó consulta la primera vez que mi oncóloga estaba en planta, una oncóloga jovencita que me pasó consulta después de la cirugía y una nueva oncóloga, la "que tocaba", en mi primera consulta en Monforte después de la radioterapia.

El grado de "feeling" ha sido variable, nunca he estado cómoda de todo, nunca he sentido que no sobraban mis preguntas y nunca he llegado a plantear todas, nunca he sabido a quién recurrir en caso de apuro, nunca he podido pensar en "mi" oncóloga de confianza. Me gusta mi radioncóloga de Ourense (a pesar de la incómoda primera impresión que me dio) y me gusta la oncóloga de hoy.

La oncóloga de hoy me ha preguntado y ha escuchado mis respuestas, me ha preguntado si tenía preguntas, las ha escuchado y las ha contestado. Parece básico y banal pero no lo es. Al despedirnos, tras desearme unas buenas fiestas, me ha dicho: "no cambies". Buena impresión (mutua, parece) y despedida (probablemente).

Preparada para la siguiente. Vaya pasando, décima oncóloga.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Mi Mii

No sé si conocereis el Wii fit, ese juego de la Wii que sirve supuestamente para ponerte en forma y que te regala todo tipo de comentarios malintencionados si descubre que has aumentado de peso (a no ser que ese sea tu objetivo).

Mi Wii fit, después de recriminarme que llevaba muchos meses ausente y preguntarme por mi inusitado aumento de peso, me sorprendió con mi mii (el muñequito personalizado que me representa) tuneado por alguna alma caritativa durante mi etapa alopécica.

Fuera gorro, bienvenido nuevo look.



miércoles, 26 de noviembre de 2014

Verdades piadosas

Mi nueva piel, a juicio de la doctora L., no tiene mal aspecto.

Parece ser que llegado este punto puedo ir modificando paulatinamente mis hábitos con la esperanza de que ninguna de las modificaciones provoque reacciones adversas: cuando se acabe la crema puedo usar una hidratante normal, puedo utilizar ropa más allá de las fibras de algodón y puedo cambiar mi jabón de lanolina en mi ducha diaria, en el orden que quiera pero de uno en uno.

Yo a mí radiooncóloga siempre le digo que sí, y no miento, pero a veces oculto datos. Supongo que omitir el hecho de que llevo varios días yendo a la piscina (con su cloro), que llevo el bañador puesto algunas horas antes de ir a nadar (y de algodón no tiene ni el hilo de las costuras, me temo) y que ya he usado algún gel distinto en la ducha, no tiene demasiada importancia, ya que mi piel no tiene mal aspecto.

No siento la necesidad de cambiar de jabón, si es bueno para la piel delicada será bueno siempre (además no es ni caro, ni incómodo, ni desagradable), y mucha de mi ropa es básicamente de algodón, creo que empezaré dándome a la nivea o al aceite de rosa mosqueta, o, tirando la casa por la ventana, a las dos cosas a la vez.

Supongo que soy culpable del uso de verdades piadosas.

martes, 25 de noviembre de 2014

Marcando

Tengo que confesar que llevaba algún tiempo preguntándome cuándo entrarían en escena los famosos marcadores.

Durante la quimioterapia más de una vez me preguntaron si me "hacía efecto". Yo explicaba que hasta que me hicieran otra resonancia y vieran si el carcinoma había disminuido de tamaño no lo sabía y más de una vez me enfrenté a la pregunta: "¿y los análisis que dan?"

No voy a decir que nunca hubiera oído hablar de los famosos marcadores tumorales, es un concepto remoto que asocio a conversaciones sobre gente con cáncer o quizás sobre gente que ha tenido cáncer y controla que no reaparezca, pero hasta hoy no había visto unos valores de marcadores tumorales en mis análisis.


Los análisis, ahora sí, dan bien. La doctora L. opina que la analítica está bien y que puedo ganar en una comparación/competición bioquímica a cualquiera (en concreto a Carlos) porque no tengo "estrellitas": ni colesterol, ni ácido úrico, ni nada. Mis primeros marcadores conocidos tampoco tienen estrellita.

Seguiremos marcando.

jueves, 23 de octubre de 2014

Señales

Hay gente convencida de que el universo, así, a lo grande, manda señales.

Después de repetir hasta la saciedad mi pregunta, después de recuperar con condiciones (y por tiempo muy limitado) mi capacidad anfibia, y después de perderla de nuevo (en principio durante la radioterapia y un mes más), debería rendirme a la evidencia y admitir que hay alguna razón por la que en mi vida en este momento no hay sitio para piscinas.

Y es que parece que el universo, cansado de mi escepticismo, ha empezado a gritarme a la cara, y no contento con que un ratón tuneara toda mi equipación (oportunidad para renovarse a precios Decathlon) ha decidido lanzar un órdago y dejarme también sin instalaciones.

Soy una mujer paciente pero... a ver, universo, vamos a llevarnos bien...



miércoles, 22 de octubre de 2014

A traición


Y por la espalda.

Cuando empecé con la radioterapia no tenía muy claro la zona radiada y extendía la crema un poco intuitivamente. A los diez días aproximadamente se disiparon mis dudas, la piel cambió de color y la zona quemada estaba perfectamente delimitada. Pero fue a falta de un par de sesiones cuando comencé con las curas y me enteré de que justo al lado de mi tatuaje había otra zona radiada. Es la menos dañada pero también la más inaccesible.

A traición y por la espalda.

martes, 21 de octubre de 2014

Remitente

Pasé años pensando que lo que Elvis me sugería era volver a "la senda".

Quince días después de la última sesión de radio parece que el efecto del bombardeo empieza a remitir, como remitieron muchos otros: ya no huelo por la boca, ni tengo dedos eléctricos, mis extremidades se deshincharon y casi he olvidado mis pies de funambulista y ese dedo (que no llegué a localizar) que se dormía en el derecho, mis papilas ya no están trastornadas y ya no lloro sin motivo, los alrededores de mi reservorio no duelen al roce, mi piel ya no está áspera y erizada y muevo con la misma soltura los dos brazos.

Quince días después de la última sesión de radioterapia, esos quince días que la oncóloga me advirtió que a efectos prácticos son como si siguiesen radiándote, la temperatura de mi teta izquierda ha descendido varios (muchos) grados.

A base de ver pasar efectos secundarios vas aprendiendo que casi todos tienen los días contados y que solo es cuestión de paciencia darte cuenta un día de que ya no están, la duda es cuál (como el rock and roll) estará aquí para quedarse.

Tranquiliza ver que según van remitiendo, todo vuelve a su senda.

domingo, 19 de octubre de 2014

Cumpleaños

Hace un año, arrastrada por una marea de lazos rosas y publicaciones relacionadas, escapé de facebook y aterricé en este rincón. Aún no tenía la certeza de tener cáncer pero mi cabeza ya había aprendido a aceptarlo.

Un año después, el día mundial contra el cáncer de mama me pilla, casualmente, apartada de las redes sociales, y la verdad es que así es mucho más fácil.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Reptiles

No tengo muy claro cual es la época de la muda en los reptiles, ni siquiera si existe tal cosa o cada uno muda cuando le cuadra.

Tras quince días siseando* (el grado de picor se intensificó considerablemente, será que se está curando... más) resurjo de mis pellejos con una sutil capa de piel, eso sí, totalmente nueva, del trinque (que diría Carlos).

Puede que haya sido la etapa más incómoda o puede que ya no me acuerde de lo incómodas que fueron las demás, que mi cuerpo, aunque maltrecho, sigue siendo sabio y sabe que no necesita el lastre de padecimientos pasados.

Lo que sí ha sido (en realidad aún es) es la etapa anímicamente más confusa. No sé muy bien en qué punto me encuentro, sé que hemos completado el plan de ataque y que toca cruzar los dedos para que el enemigo no haya dejado ninguna mina enterrada por el camino. Sé que la gente por la calle identifica el pelo en la cabeza con el final de todo, para el mundo "ya está", para mí...

Siento que algo empieza ahora, no sé qué, ni cómo funciona, que soy nueva en esto, iremos improvisando, como siempre.

*siseando o algo parecido, que no conozco la onomatopeya, ni el verbo asociado a ella, de ese sonido provocado al echar aire entre los dientes, normalmente apretados por el picor. La RAE no parece muy de acuerdo con mi siseo, para ellos lo de las serpientes es un silbo.

jueves, 9 de octubre de 2014

Curas

Cualquiera que me conozca un poco sabe que a estas alturas de mi vida, y superada mi etapa kumbayá, no soy muy amiga de curas (ni de monjas).

Caprichos de la vida, cada mañana (y si tengo el día impertinente también por la noche) tengo una cita con una cura. Y aunque sea en femenino y no tenga nada que ver con la iglesia, tampoco me molan nada estas curas.

Para todos aquellos que lo preguntan y todos aquellos que lo afirman, no, la radioterapia no es inofensiva, ni más llevadera, ni menos agresiva que la quimioterapia, simplemente son distintas. Y aunque pilla en un momento en el que la esperanza de acabar te ayuda a mirar un poco más adelante, y aunque tiene la ventaja de ser rápida (en su aplicación, y menos mal, porque la postura en la camilla me producía algo muy parecido al dolor) el procedimiento en sí no es ni más ni menos doloroso que las sesiones de quimio.

Señores, no me ninguneen la "maldad" de la radioterapia, que viene de la mano de curas y ya saben... con el clero hemos topado.

martes, 7 de octubre de 2014

Rabudo


Mi última sesión de radio coincidió con el "cabodano del jamacuco" (como él dice) del señor Rabudo y con el día en el que él tenía que recibir el resultado de su resonancia de control.

El señor Nacho Mirás, aquel que me puso en el camino del conocimiento radiooncológico, que me habló de freidoras atómicas y aceleradores Siemens cuando aún quedaban lejos en mi horizonte predestinado, estaba en mi mente en la sesión de despedida, como lo estuvo en muchos otros momentos y, sobre todo, cuando veía en la esquina de la sala de paredes de plomo las máscaras apiladas.

La resonancia magnética, a pesar del calentón de pasear por el cerebro del "valiente acojonado", ha escupido buenas noticias. Y me alegro como si lo conociera.

lunes, 6 de octubre de 2014

Sonrisas

Ahora que tanto se habla de la humanización de los hospitales y que se intenta que sean menos asépticos y más cálidos, tengo que decir que en la zona de radiología terapeútica lo consiguen.

Y no son los vinilos pegados en las paredes, las flores o los pajaritos de los pasillos, ni siquiera los murales luminosos de entrada a las áreas de paredes de plomo, los que lo hacen posible.

Después de 25 sesiones, de viajes, de cremas, de curas, de consultas, resumiría esta etapa con una palabra: sonrisas.

Las sonrisas por los pasillos hacen que la aventura en la freidora atómica sea lo más humano de todo este año.

Gracias, personas humanizadas, ha sido un (incómodo) placer.





domingo, 5 de octubre de 2014

Superhot

Poco a poco me voy acostumbrando a mi papel de superheroína y voy descubriendo nuevos superpoderes. Y aunque no es mi primer superpoder relacionado con mis pechos este me acerca más a los superheroes tradicionales, con matices, claro.

Mi teta izquierda se ha convertido en una fuente de calor. De momento soy capaz de calentar, en cuestión de segundos, infusiones de manzanilla, de ahí a doblar vías de tren o fundir metales solo falta un poco de práctica.

No soporto la manzanilla, no me gusta, nunca la he podido beber e incluso su olor me molesta, de hecho los dos primeros días que, siguiendo el consejo de la enfermera, me puse un paño con manzanilla fresquita en la zona afectada por la radioterapia se me revolvió el estómago. Pero ayuda, dicen.

Cualquier día quedo con mi amiga Afrodita A y pulimos nuestras respectivas técnicas.

jueves, 2 de octubre de 2014

Cabinas



Delimitados mis superpoderes posquimio y decidida mi indumentaria de superheroína quedaba pendiente encontrar una cabina donde transformarme.


Mi cabina preferida es la cabina 2, con acceso directo al pasillo de la máquina 2.


Sólo me falta pulir la técnica, a ver si algún día consigo salir con mi traje de Superaivou en vez de un camisón hospitalario.


miércoles, 1 de octubre de 2014

Vuelta y vuelta

El acelerador lineal es una máquina calmosa.

Dos minutos escasos de bombardeo con preliminares de todo tipo: giros, troquelados con forma de teta en distintas posiciones y hasta sombras chinescas. 

Cuando el acelerador se situa a mi derecha me veo reflejada en el cristal, veo mi teta en la cima de mí misma, preparada para el bombardeo. Algunos días utilizan la luz que sale por el troquelado para centrarla sobre un fondo blanco, entonces veo la sombra del Vetsubio y cruzo los dedos mentalmente para que no empiece a humear.

Lentamente se situa sobre mí (ahí pienso que no hay escape, la radiación me llega de lleno desde arriba, es el bombardeo más largo y el más sonoro), lentamente  se situa a mi derecha (ahí toca un bombardeo largo y dos cortos, con giro y cambio de troquel entre ellos, si no respiro muy profundo igual libro la esquinita del pulmón), lentamente se situa a mi izquierda, sospecho que por debajo (bombardeo largo, ruidos de cambio de troquel y dos bombardeos cortos), lentamente vuelve a su posición inicial y... "ya puedes bajar el brazo"

Tengo que decirles que limpien el cristal que me refleja.

martes, 30 de septiembre de 2014

Lume!

He llegado a aborrecer la ropa que he usado estos meses.

Y lo cierto es que ha servido para lo que tenía que servir: el vaquero gigante del LIDL me permitió vivir todo el invierno, el vestido multicolor de los chinos sirvió para ocultar la bolsa del drenaje después de la operación... pero no, no les he cogido cariño, ni pizca.

En cuanto tenga ocasión les prendo fuego. Lume!

lunes, 29 de septiembre de 2014

A dieta

Que nadie se asuste... estoy a dieta.

Supongo que la primera reacción es pensar que no es el momento de ponerse a dieta cuando mi cuerpo sigue siendo atacado a diario con tratamientos agresivos y necesita toda la ayuda posible para recuperarse. Pues bien, por eso estoy a dieta.

Hace cuatro semanas, cuando comenzó este mes, decidí aprovechar la pausa pre-radioterapia para volver a hacer algo de ejercicio y organizar mis comidas, echadas a perder desde que me di a los regalices con pica-pica con el lema de "para lo que me queda en el convento me cago dentro". El ejercicio me duró un día porque ese mismo lunes me llamaron para empezar el tratamiento el martes y ese mismo martes me dijeron que nada de piscina ni durante, ni el mes después de radiarme.

La "dieta" se quedó, así como de prueba, y hoy ha cumplido cuatro semanas. Y sí, es verdad que no como algunas cosas que comía (regalices con pica-pica, flashes, patatas fritas, bebidas con gas...  y azúcar y harinas refinadas en general) pero como muchas más de las que comía (verduras, legumbres, pescado, frutos secos...).

Cinco kilos en cuatro semanas... intentando recuperar la anormalidad.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Si pica...

... es que se está curando.

Y si la ancestral sabiduría materna tiene razón se está curando, lo que no sé es exáctamente qué.

Desde  hace meses (creo recordar que desde después de operarme) tengo picores, picores repentinos e intensos por todo el cuerpo, pero más intensos en los brazos y manos. Parece que están relacionados con el sol, o con el calor, o con el esfuerzo, o con el sudor... o con todo eso. La sensación es la de un enorme sarpullido o unas friegas de ortigas. Supongo que es alguno de los efectos secundarios heredados de la quimioterapia. Será que me estoy curando.

Ahora a mi festival de picores se suma el picor de mi frankensteta, colorada como nunca se puso en años de topless en la playa. El prurito no es muy intenso (de momento), será que se está curando.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

The dark side

Este carcinoma ha conseguido que me pase al lado oscuro.

Aunque no he sido capaz de consumir entero ni un bote de protector solar (ni el aerosol para el cuerpo, ni la crema para la cara), he interiorizado absolutamente el precepto oncológico de "no tomarás sol ni con quimio, ni con radio", ni con nada, vamos.

En teoría no debería salir de casa sin una protección cincuenta en cuerpo, cara (y calva en su caso) pero mi falta de destrezas cosméticas (la tremenda pereza que me da untarme) ha hecho que me pase estos meses evitando el sol de una forma menos química y más física: escapando, tanto en el tiempo (saliendo a horas sin sol), como en el espacio (corriendo del sol a cualquier sombra cercana con la agilidad de gacela que me caracteriza).

Y aunque no pienso ignorar la  recomendación de los Monty Python de momento lo haré desde las filas de Darth Vader.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Trajano

Si algún personaje viejuno de zarzuela contemplara mi presunta melena podría exclamar: ¡caracoles!

Yo, años después de recorrer a paso ligero los museos vaticanos escapando de bustos de mármol, lo primero que he pensado es que me parezco a Trajano (que debió ser el emperador con el pelo menos encaracolado de todo el imperio romano, pero he pensado Trajano).



jueves, 18 de septiembre de 2014

Tiempos acelerados

Hoy estoy en la cumbre, doce sesiones por detrás y doce sesiones por delante, justo en la trece.

No sé si el acelerador lineal acelera algo más que electrones pero tengo la sensación de que la radioterapia pasa muy deprisa por mi vida. Supongo que no tener que esperar citas y estar allí cada día ayuda a cambiar la sensación de que el tiempo vuela lentamente por este acelerón inesperado.

A falta de efectos secundarios todo es tranquilo, con una minirrutina instaurada con fecha de caducidad: aparcamiento, caras conocidas en la sala de espera, la voz que me dice que pase a una cabina, los viernes consulta... y otra semana más.

Una rutina con banda sonora que ofrece premios mileuristas entre el aparcamiento y la puerta de radiología: "Veinticino mileuros para hoy, por un eurito solo".

Habrá que comprarle un cupón a esta mujer.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Agua

La radiactividad llegó a mi vida con una consigna de la mano: hidratación.

Cuando me diagnosticaron mi carcinoma recibí una avalancha de sugerencias dietéticas que me vi obligada a ignorar, la quimioterapia vino acompañada de la recomendación de consumir mucha agua para ayudar con la eliminaciòn de tóxicos y la cirugía llegó con una recomendación escrita de dieta hipocalórica para prevenir el linfedema.

La consigna de la radioterapia no es dietética, en este caso he recibido una larga lista de recomendaciones cosméticas, todas encaminadas a la (hiper)hidratación de la zona a radiar: la nivea de toda la vida mezclada o no con aceite de rosa mosqueta, argán, aloe vera... y diversas marcas de cremas cosmético-terapeúticas de venta en farmacia. En este caso la elección ha sido fácil: alterno la crema "prescrita" por mi oncóloga con mi fidelidad al gel de aloe vera.

Pero en algún momento de mi vida interioricé que la hidratación viene de dentro, de modo que, sin encomendarme a nadie, he decidido darme a la bebida y respetar por fin la omnipresente recomendación dietética de los dos litros de agua diaros. Mal tampoco me va a hacer.

¡Venga, a lo loco!

domingo, 14 de septiembre de 2014

Menguante



A pesar de mi fascinación por la luna llena ahora mismo me interesa más lo menguante.

El año pasado, al acabar mi estancia en Dublín, decidí hacerme un regalo, me lo había probado ya mil veces e intentaba calcular si el uso que le iba a dar compensaría su precio. Y volví de Dublín con un anillo, un anillo lleno de tréboles, yo que nunca uso (usaba) anillos.

Y lo usé, no a diario pero sí frecuentemente, y empecé esta aventura toqueteando mi anillo en salas de espera (en una de ellas descubrí el trébol de cuatro hojas, que ni siquera sabía que estaba), y lo seguí usando hasta que la quimio me deformó, me hinchó y me engordó.

Hoy mi dedo vuelve a caber en mi anillo, soy la increible Superaivou menguante.




viernes, 12 de septiembre de 2014

Superaivou

Una vez delimitados mis superpoderes posquimio necesito un traje de superheroína.

Después de ver "Los increibles" tengo claro que por muy superheroina que sea (o muy supervillana) no voy a usar capa, pero ni la mismísima Edna Mode pone ninguna pega al clásico uniforme de Supermán con su calzoncillo por fuera, así que, dándole una vuelta más al concepto (y siguiendo la sugerencia de la enfermera) Superaivou lleva su sujetador por encima de la camiseta.

Soy una superheroína delicada, que necesita fibras de algodón en contacto con la piel. Solo espero no despistarme, mientras las temperaturas de este fin de verano me impidan convertirme en una especie de lasaña camiseta sobre camiseta, y salir a la calle con el atuendo de mi alter ego.
















Ya solo necesito localizar una cabina telefónica por si las moscas.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Sanidades

Hoy mi compañera de viaje, Sabela, ha acabado con sus (25 -1 +1) sesiones de radioterapia y comparto con ella la satisfacción de otro paso dado.

Salvo en la quimioterapia, Sabela me ha servido de avanzadilla dándome pistas e incluso prestándome esa lencería tan sexi recomendada por la enfermera S. Todos sus trucos, todas sus experiencias, me han ahorrado algún que otro desasosiego, que de desasosiegos estamos sobradas.

Sabela, por su condición de funcionaria (es profesora y sospecho que de las buenas), comparte viaje pero no vehículo: distinto hospital, distinta cirugía, distintas pruebas, distintos medicamentos, distintos plazos...  y aunque cada una vive su proceso, y espero y deseo de todo corazón que ambos sean lo más breves (y leves) posibles, no puedo librarme de la incómoda sensación de que la sanidad privada adelanta, en este caso por la izquierda, a la sanidad pública.

Seguimos, paso a paso.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Objetos cotidianos (II)

Recuperar la normalidad supone recuperar algunos objetos cotidianos (insisto).



viernes, 5 de septiembre de 2014

UPS! (uninterruptible power supply)

No estoy muy segura de que mi oncóloga sepa lo que que es un SAI pero alguien debería saberlo en un hospital.

Hay distintos baremos, entre la media hora que nos han anunciado al llegar a la sala de espera y la hora que considera la oncóloga, pero todos están de acuerdo en que cuando las máquinas se apagan hay que dedicarle un buen rato al reinicio.

Las máquinas son dos aceleradores lineales, dos freidoras atómicas como diría Nacho Mirás, y no sé por qué sospecho que el proceso de reiniciado es costoso y proceloso, y eso cuando se consigue, que hoy los pacientes de la máquina uno se han ido sin su sesión de radiación (afortunadamente mi máquina es la dos).

- Se ha ido la luz.
- Ya, pero yo suponía que habría un SAI.
- Lo hay pero tarda unos segundos.

Insisto, no estoy muy segura de que mi oncóloga sepa lo que es un SAI, o lo confunde con un generador de emergencia, o el SAI no funciona.

martes, 2 de septiembre de 2014

La bella durmiente

Llevo ya mucho tiempo con sensación de falta de sensibilidad en la punta de los dedos, no es exactamente acorchamiento, ni exactamente hormigueo, no están dormidos pero tampoco despiertos del todo. Y esa sensación se acrecienta por la noche, de modo que cada vez que me despierto tengo que intentar resucitar mi mano derecha (cuando no las dos).

Tras más de media hora tumbada, absolutamente inmóvil, con un brazo en alto ("no te preocupes, esto solo es el primer día, los demás será mucho más rápido") al ir a tocármelo con la mano dormida no lo encontraba. Menos mal que he mirado, seguía ahí.

- ¿Cómo ha ido?
- Bueno... estaba un poco aterida, además se me duermen mucho las manos...
- Eso es de la quimio, el taxol.
- Será.
- Sí, es.

Menos mal que las oncólogas saben de los venenos secretos que duermen a las bellas durmientes. Y sin manzana.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Haciendo números

Matemáticas básicas.

Distancia Monforte-Coruña: 158 km
Cincuenta viajes: 7900 km
Distancia Monforte-Ourense: 48,6 km
Cincuenta viajes: 2430 km
Diferencia: 7900 - 2430 = 5470 km

Tiempo estimado Monforte-Coruña: 1 h 44 min
Cincuenta viajes:  5200 min = 86,6 horas
Tiempo estimado Monforte-Ourense: 40 min
Cincuenta viajes:  2000 min = 33,3 horas
Diferencia: 5200 - 2000 = 3200 min = 53,3 horas

No hay mucho más que comentar.

domingo, 31 de agosto de 2014

Reflejos

Uno de mis temas pendientes es una nunca concretada sesión de fotos a cargo de mi amiga Raquel.

Curiosamente en estos tiempos deformes, el espejo me devuelve una imagen que me gusta. Con unos quince kilos de más y curvas que han invertido su posición, me veo gorda pero bonita, me sigue gustando mi cuerpo (desnudo).

El problema empieza con la ropa. Si me visto (con las pocas prendas que siguen valiéndome), el reflejo ya no es tan amistoso, me cambio una y otra vez sin conseguir que me guste lo que veo. Pero lo que definitivamente no soporto son las fotos. No sé por qué hay tanta diferencia entre lo que veo en el espejo y ese cuerpo desproporcionado, fofo y bruto que refleja la cámara. No sé si le puedo echar la culpa a la ropa, a mi mal gusto al elegirla, o a la cámara (que de todos es sabido que engorda... ¿o eso solo son las de la tele?).

Afortunadamente tengo un fotógrafo que me mira con ojos generosos, filtra, recorta, selecciona y me devuelve yos casi amables, y quizás algún día me vuelva a apetecer la idea de una sesión para mí sola.

sábado, 30 de agosto de 2014

Mosquitos

Desde que el primer mosquito se atrevió a picarme al principio del verano me he preguntado por la suerte del pobre (de la pobre si es cierto que las que pican son las hembras).

De alguna forma he interiorizado mi estado químico posquimio viéndome a mí misma como una nueva superheroina, como si una araña estilo Spiderman hubiera insistido en picarme 8 veces a intervalos de 21 días. Algo me dice que ahora mi sangre es distinta, letal.

Aunque en algunos momentos he sufrido transformaciones físicas inquietantes (como la nariz autoadhesiva, la piel puntiaguda o los dedos elétricos) lo cierto es que solo parezco peligrosa para pequeños parásitos que pretendan chuparme la sangre, así que fantasío con la posibilidad de matar mosquitos a picotazos. ¡Se van a cagar!

Lo que no tengo claro es si mi superpoder envenenante me convierte en superheroina o en supervillana. ¡Muahaha!

viernes, 29 de agosto de 2014

Tono

Dice el fisio que tengo mucho tono muscular.

Y como ya no me fío de nada, con la cara incrustada en la camilla, le pregunté qué quería decir eso.

No puedo interpretar (a partir de su críptica explicación) si es bueno o malo para mí... me lo tomaré en tono de humor y pensaré que estoy cachas, o que podría estarlo.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Supersticiones

Recuerdo un episodio de Friends en el que Phoebe iba a hacerse un tatuaje y según ella el resultado era la tierra vista desde muy muy lejos.

Hace algún tiempo conocí la superstición de los tatuajes impares y no tengo claro si se trata de que un número par de tatuajes atrae a la mala suerte o un número impar la espanta, en cualquier caso una técnica de radiología ha solucionado el problema: a mi luna y mi sol se le han sumado cinco planetas (no podría concretar si todos son tierras) vistos desde muy muy lejos.

La técnica de tatuaje es un pelín carcelaria, a golpe de aguja de gran calibre, pero el resultado es multifuncional, lo mismo espanta la mala suerte que sirve para que la radiación vaya bien encaminada.

Total: 7 tatuajes.

martes, 26 de agosto de 2014

Cremas

No es la primera vez en esta aventura que las recomendaciones me suenan a comisiones e intereses, a esos señores con un maletín que esperan a la puerta de las consultas.

Probablemente soy una malpensada y la enfermera S. solo tenía algo de afán de protagonismo cuando dijo que si íbamos a la ortopedia de su parte seríamos "mejor tratadas", y probablemente el hecho de que mi nueva médica me especifique la crema que tengo que comprar para aplicarme durante la radioterapia solo responde a su experiencia vicaria y a un afán incontenible de compartirla. Aún así no deja de incomodarme el hecho de que un profesional de la salud, desde una posición de poder, aproveche el miedo, la ignorancia o la enfermedad, para hacer su propia campaña publicitaria.

"Es cara, la venden en las farmacias y es de precio libre, pregunta en varias para comparar"

Y lo que más me jode es que me la voy a comprar porque necesito confiar en que mis médicos hacen lo mejor para mí y porque, afortunadamente, me lo puedo permitir. No creo que todo el mundo pueda.

lunes, 25 de agosto de 2014

Topografía interior

He pasado buena parte de la mañana tumbada casi desnuda con un brazo en alto y los pies helados, alternando el interior y el exterior de una máquina inspirada en un donuts con luces giratorias y zumbidos de aeronave.

Parece ser que este tac sirve para situar cada cosa en mi interior y saber dónde está colocado exactamente cada órgano, no vaya a ser que radiemos lo que no toca.

Y parece ser que cuando parece que estoy recta estoy torcida. Ya lo sospechaba yo. Lo empecé a sospechar mientras aquella matrona tan desagradable me reñía por "no ponerme bien" cuando yo creía estar perfectamente alineada. Supongo que tendrá que ver con los vaivenes de mi columna cifoescoliósica.

Hoy soy un poco más consciente de que no soy consciente de mi posición corporal pero, desde hoy, alguien posee un detallado mapa de mi topografía interior.

sábado, 23 de agosto de 2014

General Electric

Desde que leí que la freidora del amigo Rabudo era de la misma marca que mi lavadora me propuse fijarme en la marca de la máquina de los ruidos.

En mi quinta resonancia conseguí acordarme, quizás porque las resonancias hepáticas son boca arriba (las de mama son boca abajo) y mientras te preparan puedes familiarizarte con el entorno.
Y resulta que mi máquina de ruidos no es alemana como la freidora del Mirás sino yanqui, con su logo GE.

Confieso que hasta ahora mi única experiencia con General Electric había sido alguna que otra bombilla pero prometo tenerlos en más alta consideración ahora que sé que sus ruidos resuenan en mis entrañas.


viernes, 22 de agosto de 2014

La primera

Mírala cara a cara que es la primera...

Cuando tomas la primera de más de mil ochocientas pastillas tienes la sensación de estar empezando algo. Cinco años, todos los días a la misma hora.

No tengo información. Ni siquiera consigo retener el nombre, aunque sé que en unos días (o meses, hay tiempo) lo tendré interiorizado. No quiero buscar información, no de momento.

Tamoxifeno, vamos a llevarnos bien...

jueves, 21 de agosto de 2014

Mente superior

Teoría: Mente superior domina... máquina.

(Supongo que cualquier persona con un mínimo de conocimiento del procedimiento puede echar por tierra mi teoría pero yo me he entretenido construyéndola).

Al comenzar una resonancia hepática una voz te manda coger y expulsar aire, no respirar durante unos segundos y volver a respirar, el ruido se limita a los segundos en los que estás conteniendo la respiración. Después de esa fase inicial la mayor parte del resto del tiempo nadie dirige tu respiración y la máquina va alternando silencio con secuencias de ruidos.

  • Observación I: Los silencios coinciden con las inspiraciones y los ruidos con las espiraciones.
  • Observación II: Cambiando el ritmo de inspiración/espiración el ruido siempre coincide con el mínimo contenido de aire en los pulmones.

  • Hipótesis: Las "respiraciones dirigidas" del principio sirven para calibrar el movimiento del abdomen de forma que las imágenes se capturan coincidiendo con el mínimo contenido de aire.

  • Deducción: Si la hipótesis resultase ser cierta y no sufres mareos por hiperventilación, cuanto más rápido respires antes desayunas. 

  • Nota I: ¿Para qué sirve la "respiración dirigida" del final?
  • Nota II: ¡Cómo se le va a uno la olla dentro de la máquina del ruido!
  No tengo ninguna intención de comprobar mi teoría, entre otras cosas porque espero no necesitar más resonancias hepáticas.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Mon dieu!

Como ya os conté las enfermeras son un mundo y como ya os conté mis venas están cansadas, uniendo estas dos premisas tengo el gusto de presentaros a la enfermera políglota.

Desde el primer contacto, desde casi la primera frase, un paciente sabe si hay o no hay feeling con una enfermera. Hoy no lo había.

Supongo que el hecho de que haya puesto en duda la información que yo le he proporcionado sobre mí misma no es un buen comienzo:
- El brazo izquierdo no se puede pinchar, y la mano derecha tampoco...
- Lo de la mano... (está por ver)

Supongo que su empeño en usar esparadrapo sin miramientos, argumentando que el de papel no da alergia, tampoco ha ayudado.

Pero lo que ha acabado con nuestro posible buen rollo ha sido su incapacidad de pensar en su paciente:
- (Enfermera intentando encontrar la vena que utilizaron el lunes para la analítica) ¡Bffffff, dios mío!
- (Yo, con la vía ya correctamente colocada) No deberías decir "dios mío" cuando estás pinchando a alguien.
- Bah, si ya llevo pinchados un montón... si quieres digo Mon dieu!, que es dios mío en francés.

Empatía cero. Auf Wiedersehen, enfermera poliglota.

martes, 19 de agosto de 2014

Premoniciones

Hace una semana me llamó una amable señorita que me informó de que no había citas antes del día 19 para mi resonancia hepática, supongo que me informaba porque en el volante especificaba que tenía que ser antes del 19. Sus opciones eran resonancia en Lugo y cita con la oncóloga en Monforte el día 19 o resonancia el día 20.

Ilusionada con el concepto de "resonancia premonitoria" he vuelto a esperar dos horas (parece ser el tiempo mínimo de espera) para descubrir que no, que hoy no me daban los resultados de la resonancia de mañana.

De nuevo la coordinación entre hospitales es nula.

lunes, 18 de agosto de 2014

Venas cansadas

Con el tiempo voy descubriendo que solo los asiduos usuarios del servicio de salud tienen algunas respuestas.

La respuesta a la pregunta: "¿qué tal venas tienes?" va tomando cuerpo según pasan los meses y mi respuesta: "estupendas" va perdiendo solidez según pasan las enfermeras.

En la última analítica mi acceso favorito, la vena del hueco del codo derecho, se ha declarado cansada. Una enfermera hábil me ha anunciado que tengo "una especie de callo" y me ha pinchado en el mismo pliegue pero unos centímetros más arriba.

Desde ahora, con un solo brazo útil (y ninguna mano) la respuesta es: "a ver..."

Veremos.

lunes, 11 de agosto de 2014

Oportunidades (VI)

Tres meses después del día cero ya puedo presumir de mi nueva melenaza una cabeza peluda.

Mi pelo crece. Suave, muy suave. Y lo mismo que disfruté fascinada de la sensación de quedarme con el pelo en las manos al pricipio de la quimio, y disfruté de la sensación de acariciar mi cabeza recién afeitada, ahora disfruto acariciando mi pelo nuevo, inesperadamente suave, dócil y agradable.
 
A pesar de que mis emociones siguen enmarañadas en pleno proceso de lucha, la presencia de pelo en mi cabeza ofrece una dosis de tranquilidad a las personas de mi entorno, que a falta de más información traducen mi pelo como el final del proceso. Y sí, incluso para mí, tener pelo es un indicativo de que las cosas tienden a la normalidad, aunque mi percepción es menos ligera que la de los demás.

Dice mi amiga Josela que tocarme la cabeza es como acariciar a un gato, que relaja. La vida está llena de oportunidades.

sábado, 9 de agosto de 2014

Turismo rural

Como todos los años por estas fechas comparto techo y vida con un gran grupo de amigos y un creciente grupo de pequeños amigos hijos de los grandes (amigos).

El año pasado, tal día como hoy, nuestra cita anual tenía la misma fecha que la cita con mi ginecóloga. El año pasado no las tenía todas conmigo, en mi sospecha de tener cáncer barajaba la posibilidad de que mi ginecóloga, intentando alarmarme lo mínimo posible, tomara medidas inmediatas al palpar mi pecho. Pero no. Compartió palpamientos con la estudiante que la acompañaba en la consulta y me despidió con un volante para una mamografía y una sonrisa. (Ya en las escaleras me hicieron volver a subir para convertir mi volante ordinario en un volante preferente).

Este año tampoco lo he tenido claro en ningún momento. Desde la incertidumbre de no saber qué iba a ser de mí en estos meses he ignorado cualquier preparativo hasta saber que no iba a estar con quimioterapia, o ingresada, o recién operada, o ...

Las cosas "que se ordenan solas sin querer" han situado este fin de semana entre la cirugía y la radioterapia.

domingo, 3 de agosto de 2014

Cuarenta y cinco

Hoy cumplo cuarenta y cinco años y tengo poco que decir: estoy viva.

Con el diagnóstico de un cáncer desaparecen muchas certezas, la de estar viva en tu próximo cumpleaños es una de ellas. Sin dramatismos, simplemente no sabes qué va a pasar, una de las posibilidades es que estés viva y la otra que no lo estés.

Hoy cumplo cuarenta y cinco años y, sin dramatismos, estoy viva. 

sábado, 2 de agosto de 2014

Objetos cotidianos

Recuperar la normalidad supone recuperar algunos objetos cotidianos.



viernes, 1 de agosto de 2014

Enemigos

Cuando los aliados se convierten en enemigos estamos perdidos.

De vuelta del fisio, con mi zona cervical decorada en rosa fucsia, me resisto, como tantos otros días, a irme a la cama.

Dicen que como en la cama de uno no se duerme en ningún sitio pero yo llevo meses atrasando el momento, durmiéndome en el salón, regresando al sillón a media noche o a primera hora de la mañana, despertando dolorida, descansando precariamente...

Y sí, puedo echarle la culpa a los efectos secundarios de la quimio, a los "daños colaterales" de las cirugías, a los puntos, los drenajes, los brazos delicados... pero el caso es que mi cama en vez de ayudar desgasta.

Quiero/necesito un sueño reparador (cada noche).

jueves, 31 de julio de 2014

miércoles, 30 de julio de 2014

Endorfinas

Parece ser que mi vida es una especie de juego de hundir la flota, las opciones son o agua o hundido (en mi caso hundida).

Cuatro meses después y después de haber repetido mi pregunta una y otra vez, el lunes pasado me encontré con una oncóloga nueva que se sumó a la tendencia denegadora:
- ¿Y puedo nadar?
- No.
- ¿Por qué?, dame una buena razón para no poder nadar.
- Es que te han quitado todos los ganglios de la axila y el brazo...

Ahí fue donde me di cuenta de que había un error, en mi primera cita de rehabilitación había conseguido un permiso condicionado a mi buen juicio y al permiso de la oncóloga, así que no iba a dejarme arrastrar por la dinámica de la falta de coordinación entre el maravilloso equipo multidisciplinar.

Conseguí un sí y no voy a volver a preguntar, por si acaso.

En Viana do Castelo, recuperando mi condición anfibia. Bienvenidas, endorfinas.



martes, 29 de julio de 2014

Muy loca (II)

Como una cosa lleva a otra, ante la oncóloga y tras conseguir mi permiso para nadar, recordé una pregunta que llevaba arrastrando de consulta en consulta sin ocasión o memoria suficiente:

- ¿Qué tengo que hacer con el reservorio?

- Se puede quitar pero tenemos que esperar...
- No, no. Quiero decir que desde la última quimio no me lo ha tocado nadie y no sé si tengo que hacerle algo
- (Cara de sorpresa) Pues sí. Vete abajo a que te lo miren las enfermeras. Ya las llamo yo desde aquí

A las tres y media de la tarde, en ayunas, la supervisora del hospital de día me informa (primera persona en informarme) de que el reservorio hay que limpiarlo y sellarlo cada mes y medio; antes de mandarme para casa tal como estoy y después de haberme imprecado:

 - ¿Por qué no has ido a que te lo hicieran en tu centro de salud?

Pues porque estoy muy loca, señora, estoy muy loca. ¡Bfffff!

(El martes, antes de salir hacia Portugal, en el hospital de día de Monforte, han tenido la amabilidad de limpiarme y sellarme el reservorio. El proceso ha durado un par de minutos.)

Muy loca

A pesar de estar sobradamente preparada para esperar, aún hay situaciones que me ponen a prueba.

Cuando te dan una cita a las 11 de la mañana y tu experiencia te dice que, como mínimo, tardarás una hora en ser atendida te preguntas qué sentido tiene que te manden ir en ayunas.

Supongo que una persona más proactiva haría algo al respecto pero yo cuando me mandan ir en ayunas... voy en ayunas, y cuando tengo que esperar a que salga mi número en un monitor para que me atiendan... espero a que salga mi número.

A las tres de la tarde en ayunas (y casualmente tras haber vomitado de madrugada) la oncóloga me dijo que no era necesario estar en ayunas y que por qué no había preguntado antes.

¿Y si por no estar en ayunas no me pueden hacer alguna prueba y tengo que volver otro día y tengo que restrasar el comienzo de la radioterapia?...

Un día de estos me voy a dar el gusto de contestar: "porque estoy muy loca".

lunes, 28 de julio de 2014

Metamorfosis

"Tu teta no va a quedar como la tienes ahora"

Cada nueva consulta, cada nueva cara detrás de otra mesa, supone dosis extras de información. Tu historial va pasando de mano en mano, de boca en boca, y cada profesional tiene algo que añadir, algo que aparentemente se cuela en el conjunto sin más transcendencia pero que te llevas puesto.

No sé por qué cuando los dos ginecólogos de Lugo me hablaron tanto del proceso de "simetrización" de mis tetas, o cuando mostraron su satisfacción por el resultado, no consideraron necesario avisarme de que ese no iba a ser su aspecto final (cambios de aspecto de las cicatrices aparte). Y tampoco sé por qué la radioncóloga ha considerado que debe decírmelo ahora.

"Con el pedazo que te sacaron..."

Según me informan por escrito: "a largo plazo podría notar que la mama tratada está más firme que antes, más grande o más pequeña". A ver si al final me va a quedar igual...

Tic-tac

A pesar de estar sobradamente preparada para esperar, aún hay situaciones que me ponen a prueba.

Salir a las diez de casa para una cita a las once en Lugo (una cita que podría y debería ser en Monforte) y descubrir al llegar que la cita es cuarenta minutos después de lo que te dijeron por teléfono es una simple anécdota.

Descubrir que la sala de espera es la sala de espera más llena que has visto en tu vida es solo un hecho inquietante.

Entrar en la consulta cuatro horas después siendo los penúltimos en ser atendidos de la sala de espera más llena que has visto en tu vida... es una situación que me pone a prueba.

Hoy mis hijos han comido una pizza de Mercadona a las cinco de la tarde.

jueves, 24 de julio de 2014

Recomendaciones


"Cubra el brazo con linfedema para freir."

(No me canso de leer esa frase, me fascina)

miércoles, 23 de julio de 2014

La pregunta (II)

Hoy me han tocado una cara y una especialidad nueva en mi visita al HULA, rehabilitación. Tras diversas manipulaciones y medidas ha llegado el momento de las recomendaciones para el cuidado del brazo con riesgo de linfedema.

Las recomendaciones no son nuevas pero cada persona (o equipo de personas) añade algún matiz nuevo, una fotocopia, folleto o librito con nuevas ilustraciones, o alguna recomendación personal basada en experiencias normalmente ajenas.

En la fotocopia de hoy una serie de dibujitos recoge los ejercicios para favorecer el drenaje linfático. La doctora me iba explicando: apretar una pelota de espuma en la axila, doblar los brazos llevando las manos a los hombros, mover la mano como si desenrosacaras una bombilla, mover los brazos como si nadases a braza, mover los brazos como si nadases a crol... La pregunta era inevitable: "pero... ¿puedo nadar?"

Si tuviera menos necesidad psicológica de nadar quizás hubiera interprretado su sí como un no: si controlas el esfuerzo, si vigilas si el brazo cambia de aspecto, si consigues evitar los cambios bruscos de temperatura...

Ya solo me queda el permiso de la oncóloga, cruzaré los dedos mientras muevo los brazos como si nadara a braza o a crol.

domingo, 20 de julio de 2014

De alto riesgo

Cualquiera que conozca un poco mis tetas sabe que siempre fueron "de alto riesgo", a las pruebas me remito.

El problema aparece cuando la que te dice que tus tetas son de alto riesgo es la cirujana que te ha extirpado un carcinoma, informe patológico en mano.

sábado, 19 de julio de 2014

Juicios apresurados

Cuando la enfermera S. me contó la serie de precauciones que debo incorporar a mi día a día para preservar mi brazo izquierdo le dije: "afortunadamente es el izquierdo".

Pensé que era bueno ser diestra cuando hay que evitar coger pesos con el brazo izquierdo. No he necesitado mucho tiempo para darme cuenta del error.

La mano derecha es la mano de la precisión, la que coge, gira, aprieta... mientras la izquierda se dedica al trabajo sucio uno y otra vez: acumula los platos que le va pasando la derecha, sujeta la cazuela en la que cae el agua del grifo que ha abierto la derecha, coge las bolsas del supermercado en las que la derecha va metiendo la compra...

Pues no, resulta que no es tan fácil preservar el brazo izquierdo (siendo diestra). Habrá que enseñar a la mano izquierda a realizar trabajos de precisión y a la derecha a ser menos señorita. ¡Ah!, y habrá que aprender a no emitir juicios apresurados.

viernes, 18 de julio de 2014

Desplazamientos (II)

No fueron 7 meses.

Le dice el Servicio Galego de Saúde a mi señor esposo que ha resuelto abonarle la cantidad de 123,65 € por ocho desplazamientos para quimioterapia. Calculo unos 7'73 € por trayecto Monforte-Lugo (o viceversa), unos céntimos más de lo que cuesta el billete de Monbús.

A ver si con lo que se ahorren en desplazamientos pueden poner una tele en el hospital de día (de Monforte), o una conexión wifi (puestos a pedir).

Supongo que se los ingresarán a mi señor esposo, en nuestra cuenta común, pasado el plazo de reclamación de 30 días. Bienvenidos sean.

jueves, 17 de julio de 2014

Fotos

Tengo una amiga que un buen día miró su carnet de conducir y descubrió que llevaba caducado una semana. El sucedido de mi amiga me llevó a mirar la fecha de caducidad de mi permiso de conducir (uno de esos rosas grandotes olvidado, por grandote, en la guantera): caducado desde el 1 de julio.

La idea de hacerme una foto aún hinchada, sin pestañas, con unas cejas extrañas y una incipiente pelusilla que, afortunadamente, ya cubre la cabeza, es inquietante. Si además la foto me la hacen con una cámara web la inquietud es casi dolorosa. Y si a eso le sumamos el hecho de que es para un documento que me va a durar diez años...

En veinte días recibiré en mi casa mi nuevo permiso de conducir. Miedo me da.

miércoles, 16 de julio de 2014

Arponera

Hay varias cosas que me inquietan en el informe de patología quirúrgica. La primera son los hallazgos patológicos adicionales, de los que ya me ocuparé en otro momento; y la segunda un posible error, supongo que el único que yo sería capaz de percibir.

El informe recoge que el procedimiento de extracción de la muestra es una "tumeroctomía (exéresis) de mama guiada con arpón radiológico".

Cuando la enfermera que me inyectó el tecnecio allá por noviembre me preguntó si llevaba un arpón. Me pareció una pregunta inquietante. Tres de las cinco mujeres que estábamos allí llevaban un arpón, una especie de antenita metálica que salía de la teta para marcar el tumor en la intervención del día siguiente.

Yo, con mi tumor marcado por tres grapas, me preguntaba si sería necesario marcarlo aún más con un arpón y doy fe de que en el momento de entrar en el quirófano yo no llevaba arpón.

Supongo que mi tumeroctomía no fue guiada por ningún arpón pero es un "error" con banda sonora

martes, 15 de julio de 2014

La pregunta

Yo no sé si habrá algún otro paciente que insista tanto en preguntar lo mismo una y otra vez.

Aunque supongo que debería pasar de todo, meterme en la piscina y nadar, voy probando con todo profesional que se cruza en mi camino: "¿cuándo puedo nadar?"

La cirujana y la enfermera se miran entre sí como preguntándose por qué razón no podría nadar, les hablamos de los incomprensibles razonamientos sobre sellado de reservorio y colocación superficial del mismo y vuelven a mirarse como si no comprendieran.

- ¿Cómo nadas?
- A crol... o a braza... o como sea.

 Me confirman que nadar es el mejor ejercicio en mis condiciones (lo del estilo parece una pregunta trampa) y, ante el aparente temor de contradecir alguna indicación importante, me insinuan que después de llevar mi caso al comité de tumores tendré una respuesta a mi eterna pregunta.

Me di lástima hasta a mí misma: "yo solo quiero nadar..."

lunes, 14 de julio de 2014

Good news

Con un informe de tres caras en la mano y la explicación casi inteligible de la cirujana, hoy, por fin, tengo la sensación de haber recibido una buena noticia: mi teta se queda como está.

Así que tras 21 días con mi teta nueva recosida, intentando no cogerle demasiado cariño y evitando hablar de ella, por fin me atrevo a presentarla en sociedad. Mi teta izquierda tiene la areola viajera rodeada de puntos (yo cuento 12) y una cicatriz hacia el sobaco en la que los puntos van por dentro y no tengo ni idea de cuantos son. Utilizaron la misma incisión para hacer el vaciado de los ganglios de la axila con lo que al final solo tengo una cicatriz (y solo llevé un drenaje).

A pesar de que las cifras son impresionantes: 8,5 x 7 x 5 cm (con una superficie de 6 x 1 cm), lo que queda de mi teta izquierda se parece sorprendentemente a mi teta derecha.

Y, aunque conservo parte del tejido teñido por el tinte de la primera intervención, mi teta pitufa ahora es mi frankensteta. Bienvenida, frankensteta.

domingo, 13 de julio de 2014

Me gustas tú

En esta etapa entre etapas en la que espero no tener nada que esperar (nada más que el principio de la radioterapia) caben momentos de reflexión más o menos profunda.

Me paro apensar y pienso que mi actitud ante todo este proceso puede deberse a que al principio de todo, antes incluso de esa primera cita "preferente" con mi ginecóloga, pensé que pasara lo que pasara he vivido una buena vida, una vida en la que, evidentemente, caben más cosas, pero que ya en sí está completa.

Y dentro de toda esta historia me gustan las cosas que se salen del guión como llevar chanclas de piscina y una sudadera al hospital en vez de zapatillas y bata, como recibir pipas y piruletas en el hospital (gracias Yolanda) en vez de flores y bombones o como recibir un goteo escalonado de visitas que me permite hacer cosas como irme de tapas o de concierto con ellas (gracias Eva).

Supongo que una vida completa se puede seguir adornando con muchos más "detalles".

Me gustas tú.

miércoles, 9 de julio de 2014

Dedos eléctricos (V y VI)

Seguimiento de mis dedos eléctricos: uña veo, uña quiero.

Cuando mis uñas descubrieron el bonito diseño a rayas de las uñas de mi colega Sabela decidieron no ser menos. Ya no duelen pero siguen dando sorpresas estéticas.





Por otra parte siguen intentando crecer "al revés", espero que paren antes de llegar a la cutícula.








domingo, 6 de julio de 2014

Estudios superiores


Después de una licenciatura y un ciclo superior de formación profesional nunca se me hubiera ocurrido que iba a hacer un máster.

Si algo he perfeccionado este año hasta el nivel de máster es a esperar. No tendré titulación pero sigo puliendo la teoría y presentando prácticas.

"Mira qué contenta, parece mentira que estés esperando para ir a quirófano"

Parece que las enfermeras no están acostumbradas a que la gente que espera para subir al quirófano bailotee por el pasillo pero yo lo recomiendo, entretiene y relaja, que las esperas pre-quirófano ponen los nervios de punta. Supongo que en esa práctica arañé algunas decimas de nota.

Sigo esperando: 14 de julio, resultados de la anatomía patológica.

jueves, 3 de julio de 2014

Relatividad


Como ha quedado sobradamente demostrado todo es relativo y lo que hoy es bueno mañana puede no serlo tanto.

En mi nueva "etapa sin" mi brazo derecho también lleva su parte: sin ganglios. Y un brazo sin ganglios se convierte en un brazo potencialmente "delicado". Sobre él pende la espada de Damocles del linfedema de modo que hay que ocuparse de mimarlo y cuidarlo de forma especial: hacer ejercicios preventivos a diario, no coger pesos, evitar heridas, evitar temperaturas extremas y cambios bruscos de temperatura... y, como la mano es la parte más activa y vulnerable de la extremidad, mi mano izquierda se ha convertido en "la mano mala".

Con mi mano derecha recuperando su volumen (que no su aspecto), dolorida y algo demediada, me encuentro con la paradoja de que la que gracias a la quimioterapia era mi "mano mala" ahora es mi "mano buena", la que se ocupa del trabajo sucio que hasta ahora estaba compensando la izquierda.

En el país de los ciegos el tuerto es el rey.

viernes, 27 de junio de 2014

Frambuesas

Lo primero que hice al salir al jardín de vuelta del hospital fue coger un puñado de frambuesas.

Tengo bien interiorizado que los problemas de salud tienen o bien causas, o bien soluciones, en la alimentación. Supongo que por eso cada vez que me aparece un nuevo síntoma le pregunto a Google qué debería comer y no deja de ser curioso que, en todo este proceso, no haya recibido ni una sola recomendación (oficial) "dietética", ni siquiera cuando mis tobillos tendían a explotar me dijeron que redujera la ingesta de sal o aumentara la de líquidos.

Ayer le pregunté a Google por alimentos recomendables para la cicatrización y me recomendó entre otras cosas alimentos ricos en vitamina C. Pensé en naranjas, kiwis y fresas.

Hoy es el tercer día que me como un puñado de frambuesas del jardín y, dado que no es una costumbre habitual, me he preguntado por qué de repente me da por comer frambuesas.

Sí, las frambuesas son una excelente fuente de vitamina C.


miércoles, 25 de junio de 2014

Pequeños tesoros

Antes de que me de cuenta me largan para casa: "¿cuándo quieres el alta, hoy o mañana?" (doctor C. dixit).

Sin tenerlo muy claro, y después de dar la respuesta incorrecta, me voy para casa exactamente 24 horas después de entrar en el quirófano.

"Aquí no tenemos nada más que hacerte y lo único que se hace en los hospitales es coger infecciones" (doctor C. dixit). Convencida.

Cambio mis pulseras con códigos de barras por mis pequeños tesoros.





martes, 24 de junio de 2014

Sin

Llevo ya varios meses sin algunas cosas: sin vello, sin pelo, sin regla... (salvo el pelo (de la cabeza) he estado muy a gusto sin ellos).

Al llegar al hospital te informan de otros "sin" necesarios para tu visita al quirófano: sin vello en el sobaco a operar (incluido en el apartado anterior pero me preguntaron como un millón de veces si lo llevaba depilado), sin esmalte en las uñas, sin joyas...

Llegas al quirófano con una pulsera con un código de barras en cada mano, un gorrito semitransparente y un camisón abierto por detrás y sales "sin": sin tumor.

El concepto de quimioterapia neoadyvante es fácil de entender pero pasar siete meses durmiendo con tu enemigo no es una situación demasiado tranquilizadora. Así que con drenaje, con heparina, con calmantes, con puntos... más "sin" que nunca.

lunes, 23 de junio de 2014

Homenaje

Llevo todo el día con el chistecito del homenaje en la cabeza.

"¿Qué homenaje?... el de mis cojones que se van de viaje". Sí, ya sé que ni es chiste ni tiene gracia pero llevo todo el día acordándome y pensando que mi teta, que se va de viaje, también merece un homenaje.

No sé cómo será mi teta cuando vuelva de este viaje, ni si le quedarán más viajes por hacer, pero sé cómo era y este es mi homenaje:

                                         
















domingo, 22 de junio de 2014

Y yo con estos pelos

Aunque mi melena es incipiente, endeble y desorganizada, me da pie a decir eso de "y yo con estos pelos".

Como siempre que viajo, lo de organizar mochilas sigue siendo labor de madrugada, exactamente de la última madrugada antes de marchar. De modo que a pocas horas de marcharme para Lugo mi mochila es aún algo que va cogiendo forma en mi mente antes de ponerme a reunir ropa y objetos de primera necesidad: cepillo de dientes, un par de libros, sujetadores ortopédicos, un ordenador portátil... vamos, lo básico.


Voy a intentar dormir a Sabela, que está nerviosa y mimosa por las dos, y ya organizo. Todo sea que mañana tenga que ir a comprarme unas bragas al Carrefour.

¡Y yo con estos pelos!.

sábado, 21 de junio de 2014

Nidos

 No hay momento decisivo sin su correspondiente síndrome del nido.

Desde que me dieron fecha para mi operación tengo la sensación de tener que ordenar, limpiar y cambiar cosas de sitio, y esa imperiosa necesidad se traduce en actividades absurdas como quitar las hojas usadas de los cuadernos de este curso o pegar pósters en las paredes de la habitación de Sabela.

El cuerpo me pide ordenar todo, ir habitación por habitación quitando lo que sobra y ordenando lo que hay; la cabeza me pide parar, esperar quieta, descansar; mis actividades absurdas son una especie de solución de compromiso.

Tic, tac, tic, tac... ya solo quedan tres días, ¿cuántas más cosas absurdas me dará tiempo a hacer?

viernes, 20 de junio de 2014

Rodando

Hoy hace un año que eché a rodar esta gran bola.

Me fuí a Dublín con la certeza de que tenía que haberme hecho una revisión de esta teta que me molestaba y pasé allí dos meses y medio pensando que en cuanto volviera lo "solucionaba". El día 18 volví de Dublín, el día 19 pedí cita con mi médico de cabecera y el 20 de junio le expliqué al médico que me molestaba mi teta izquierda y se me había torcido el pezón.

Confieso que esperaba y temía a la vez una reacción rapidísima, algo como "vete a urgencias ahora mismo y que...", pero no, solo leyó mi historial, vio que esa teta ya había sido sospechosa dos años antes y me dió un volante para una revisión ginecológica. Mes y medio después la esperanza y el temor de otra reacción y de nuevo otra cita (mamografía y ecografía) para un mes y tres semanas después. Y solo entonces una llamada telefónica: la reacción.

Con la certeza interior de que algo estaba mal y el deseo de estar equivocada escuché una y otra vez eso de: si tardan es que no es nada, si te hacen esperar no es malo, si fuera malo ya te habrían dicho/hecho algo... tardaron en cada uno de los pasos y fue un carcinoma ductal infiltrante con, al menos, tres ganglios infiltrados.

Un año después faltan cuatro días para que me lo extirpen.

martes, 17 de junio de 2014

Derechos básicos

En mi grupo de apoyo, virtual y presencial, tratamos el tema de la "entereza".

La parte virtual corrió a cargo del amigo Rabudo Fue el primero en identificar un sentimiento de los más complicados de gestionar, supongo que porque no depende de ti: "Estar de una pieza después de tres semanas de caña química y radiactiva, no obstante, tiene algunos inconvenientes. Corres el riesgo de que los que te rodean te vean demasiado entero y te exijan que funciones como antes; lo que llevas dentro lo sabes solo tú. Que nadie pierda la perspectiva" 

Estar de una pieza es casi una obligación con uno mismo; contestar que estás bien (porque siempre se puede estar peor) cuando te preguntan, intentar seguir con la mayor cantidad de vida normal posible, mantener el cuerpo y la cabeza activos... supongo que forma parte de eso que todo el mundo llama "actitud" y que, según ese mismo todo-el-mundo, es tan importante para salir de este lío.

El problema es cuando además de creértelo tú se lo creen los demás y te das de morros contra la realidad cuando no puedes, no te apetece o no quieres, y lo único que pasa por tu cabeza es: "por favor, que alguien me prepare algo sano para cenar y se ocupe de todo esto".

Es complicado pedir sin exigir, es complicado no desesperarse después de decir mil veces "hay que...", es complicado desear que los demás hagan más de lo que hacen, desear que hagan las cosas que no te apetecen antes de que lo pidas, es complicado esperar más de quién sabes que ya está dando muchoy no caer en la trampa de exigirte más a tí misma.

La solución no es contestar que estás mal ni "hacerte" la enferma porque es el camino más rápido para creértelo o estarlo (y creerlo o estarlo es solo cuestión de acumulación de toxicidad), pero la solución tampoco es parecer más entera de lo que estás. Realmente no sé cuál es la solución, y de eso nos ocupamos en la última "reunión presencial" del grupo de apoyo.

Me uno a Sabela y reivinidico "o dereito a estar mal", y que las pocas fuerzas útiles sean para pasiones, no para obligaciones.

jueves, 12 de junio de 2014

Grupo de apoyo

La enfermera S. deja caer la lástima que le da que la distancia nos impida a las enfermas de Monforte la participación en el grupo de apoyo (de cuya existencia yo no tenía constancia hasta ese momento).

Tengo la suerte de tener mi propio grupo de apoyo, mujeres que han tenido la suerte de superar un cáncer de mama y que están ahí para contármelo, para avisarme, acompañarme o entenderme (gracias Pili, gracias Merce).

Pero lo de los grupos de apoyo no es nuevo en mi vida, afinando más, lo de los grupos de apoyo relacionados con las mamas no es nuevo en mi vida, y no hay mejor sesión de apoyo que una charla/trapicheo con mi compañera de todas estas aventuras.

Si tuvieramos que levantar acta de la sesión de ayer vendría a ser algo como: comparar hinchazones, contrastar experiencias, mirarnos las uñas, compartir dudas, fabular viajes de familias y areolas, intercambiar regalos y préstamos... y reirnos, reirnos y reirnos, reirnos mucho de todo.

Otra de esas oportunidades que me/nos da/n este/os cáncer/es. Gracias Sabela.

miércoles, 11 de junio de 2014

EOI

La cosas se van ordenado solas, sin querer...

Y sí, a veces parece que las cosas se ordenan solas y el mismo día que se publican las notas de la escuela oficial de idiomas tengo la consulta de preanestesia. Paso a paso.

Ha sido un largo curso de incertidumbres: ¿merecerá la pena matricularme?, ¿podré ir a clase?,  ¿podré hacer los exámenes?, ¿estaré en el hospital el día del examen oral?... He ido a clases de inglés y de italiano faltando lo justo, he acabado los exámenes y he obtenido mis calificaciones habituales.

Pero lo que tengo que agradecerle a la escuela de idiomas este año es más importante: he estado entretenida, con la mente ocupada, rodeada de gente, olvidándome por horas de cánceres, quimioterapias y síntomas, me he reído y hasta he aprendido cosas. Jugada redonda.

Básico 1  Italiano  Oficial: Apto 10
Intermedio 1 Inglés Oficial: Apto 9

lunes, 9 de junio de 2014

Dedos eléctricos (IV)

Seguimiento de mis dedos eléctricos:
  • antes de que alguien se preocupe: no duele
  • las uñas se han convertido en una especie de milhojas, lo que permite que se rompan por dentro sin romperse por fuera
  • ese "efecto milhojas" es una sequedad con descamación de las capas internas de la uña de modo que a medida que la sequedad avanza hacia dentro el tamaño de la uña disminuye (como si llevara años mordiéndolas)
  • el "efecto milhojas" tiene un efecto acompañante, el efecto "uñas guarras". La suciedad de la vida cotidiana se deposita entre las capas y no hay forma de sacarla sin ir avanzando y perdiendo superficie de uña así que ahí se queda hasta que crezcan


sábado, 7 de junio de 2014

De viaje

Evidentemente esta es una aventura viajera: viaje para Lugo, viaje de vuelta, viaje para Lugo, viaje de vuelta y así hasta casi el infinito. Y a falta de los viajes a Coruña, que llegarán, esta semana me han hablado de un nuevo viaje, el viaje de mi areola.

Junto al consentimiento informado en el que consentí informadamente que me practiquen una cirugía conservadora recibí otro papelito en el que consiento, comprendida toda la información que se me proporcionó y aclaradas satisfactoriamente mis dudas, que se me practique una cirugía oncoplástica.

La cirugía oncoplástica pretende conseguir el resultado estético más armónico entre los dos pechos y ahí entra el posible viaje de mi areola: "si es necesario cambiaré de sitio la areola"

Resulta tan inquietante como esperanzador.

viernes, 6 de junio de 2014

Semana fantástica

Por segunda vez en este curso celebramos la semana fantástica, parece que en este caso tocan buenas noticias.

  • Lunes: consulta con el cirujano, veredicto: cirugía conservadora.
  • Martes: consulta con la neuropediatra: todo en orden.
  • Jueves: preoperatorio y consulta con la enfermera de la unidad de mama.

Próxima estación: preanestesia, miércoles 11 de junio.

jueves, 5 de junio de 2014

Baile de fechas

Parece que el personal del HULA es aficionado a las porras.

Según la oncóloga del séptimo ciclo la operación sería entre cuatro y seis semanas después de la última quimio. Los cálculos pertinentes (31 de abril + cuatro/seis semanas) me situaron entre principios y mediados de junio

Según el doctor C., ginecólogo y cirujano, dado que ya estamos en la primera quincena, la cirugía será en la segunda quincena de junio.

Según la enfermera S. a partir de la consulta con el cirujano tendríamos que contar un mes o un mes y una semana, eso nos pondría en principios de julio.

Se admiten apuestas.

miércoles, 4 de junio de 2014

Sorpresas

"Yo no leería eso" (doctor C. dixit)
"Lo dudo" (enfermera S. dixit)

A veces la gente dice cosas que no esperas que diga y te quedas con una sensación entre el desconcierto y el reir por no llorar.

Que el cirujano te diga que él no leería el consetimiento informado que me dio para firmar es bastante desconcertante, sobre todo porque con mi firma declaro que estoy informada de todo lo que pone en el papelito. El consentimiento informado se puede revocar en cualquier momento y, como dijo el doctor C., siempre puedo no ir y no me van a ir a buscar (otro comentario bastante sorprendente eclipsado por el anterior). El segundo argumento fue que esas cosas que pone en el consentimiento no pasan pero la medicina va ahora por esos derroteros.

Que la enfermera que te llama para citarte te pregunte cómo estás y cuando, cargada de energía, le respondes que bien te diga: "lo dudo"... es bastante desconcertante. Me quedo preguntándome si la enfermera S. es un agente de sabotaje anímico disfrazada de hiperatención.

Como decía el borracho aquel: "sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas"

martes, 3 de junio de 2014

Anumerismo

Conversación en la consulta sobre mi teta azul:
- Aún tienes el colorante.
- Pero... ¿se quita?
- Sí pero lleva su tiempo, unos seis meses...

Noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio... sigo dudándolo.

lunes, 2 de junio de 2014

Sopesando

Dice el doctor C. que viendo mis tetas cambió de idea. Y dice el doctor C. que las noticias son para celebrar. A mí me cae bien el doctor Castro, parece un tipo bien optimista.

Parece ser que en el comité éste del cáncer que se reune los lunes dejaron abiertas las dos posibilidades: cirugía conservadora o radical (ya me parecía a mí que una reducción del cincuenta por ciento no era muy determinante). El doctor C., que es el que toma las decisiones sobre el terreno, informes en mano tenía en mente "algo diferente". Algo diferente de lo que me ha dicho era una mastectomía radical.

Así que, en principio, vamos a intentar una cirugía conservadora creo que por una alineación de astros: el tumor ha encogido, mi teta ha crecido (este criterio, no constatado por el doctor C., depende del generoso aumento de peso y hace que mis tetas pequeñas sigan siendo pequeñas pero no tanto) y la teta a operar es "la grande". El doctor C. miró, sopesó y dijo: "tienes suerte".

Supongo que la teta grande ahora pasará a ser la pequeña pero en compensación lucirá unos hermosos recosidos.