miércoles, 12 de agosto de 2015

n+1

Cuando n tiende a infinito.

Confieso que no sé si la oncóloga n+1 es nueva o ya es repe. No es maleducada ni desagradable, no me conoce, no sabe qué cara tengo ni qué cara tenía hace un año, no sabe que peso 20 kilos menos que el año pasado ni parecen interesarle otros datos que el resultado de la analítica.

Quería decirle a la oncóloga n+1 (¡vaya por dios!, otra profesional sanitaria de cuyo nombre no podré acordarme) que aunque no tengo la regla muchas veces me siento como si la fuera a tener, quería preguntarle si me puedo retocar mi tatuaje, quería saber cómo de fría tiene que ser mi relación con el alcohol, quería saber qué cosas controlan exactamente en estas revisiones, quería saber si le puedo echar la culpa de esta tristeza infinita a la medicación... quería saber por lo menos su nombre (o su apellido).

Supongo que dentro de tres meses ya me tocará una oncóloga repe, otro muro en el que rebotarán mis no preguntas y mi frustración mientras sigo esperando que todo este bien.