miércoles, 21 de octubre de 2015

Miedo

Este compañero indeseable que no me acompañó en mi viaje al interior de mí misma acaba de hacer su aparición. Bueno, en realidad ya lleva un par de meses conmigo, cuando mi vida se dio la vuelta como un calcetín lo descubrí escondido en el último rincón, esperando esa oportunidad que le negué todo este tiempo.

Sí, tengo miedo, no sé concretamente de qué, no de morir, probablemente de vivir.

Espero la próxima revisión con sentimientos encontrados... sólo el miedo me acompaña.

jueves, 15 de octubre de 2015

miércoles, 9 de septiembre de 2015

¿Para qué?

A veces las preguntas entran en tu cabeza y no quieren salir. No sé si el remedio es una respuesta.

Mi pegunta es ¿para qué?. ¿Para qué luché, para qué salí?

Todo hubiera sido más fácil...

miércoles, 12 de agosto de 2015

n+1

Cuando n tiende a infinito.

Confieso que no sé si la oncóloga n+1 es nueva o ya es repe. No es maleducada ni desagradable, no me conoce, no sabe qué cara tengo ni qué cara tenía hace un año, no sabe que peso 20 kilos menos que el año pasado ni parecen interesarle otros datos que el resultado de la analítica.

Quería decirle a la oncóloga n+1 (¡vaya por dios!, otra profesional sanitaria de cuyo nombre no podré acordarme) que aunque no tengo la regla muchas veces me siento como si la fuera a tener, quería preguntarle si me puedo retocar mi tatuaje, quería saber cómo de fría tiene que ser mi relación con el alcohol, quería saber qué cosas controlan exactamente en estas revisiones, quería saber si le puedo echar la culpa de esta tristeza infinita a la medicación... quería saber por lo menos su nombre (o su apellido).

Supongo que dentro de tres meses ya me tocará una oncóloga repe, otro muro en el que rebotarán mis no preguntas y mi frustración mientras sigo esperando que todo este bien.

jueves, 18 de junio de 2015

Gaviotas



En esta época de estrenar alcaldes mis tres puntos (que se empeñan en no abandonarme) me traen a la mente siluetas de gaviotas.

 

viernes, 22 de mayo de 2015

Feo y molesto (III)

¿Cómo?, ¿que no está pedida la retirada del reservorio?...

Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete... la verdad es que no sé hasta qué número tendría que contar para que se me pase la furia, porque estoy muy enfadada, tan enfadada que se me saltan las lágrimas de rabia.

Parece ser que he estado tres meses pensando que esperaba una llamada del hospital cuando en realidad no esperaba nada... "es tan despistada..." y tengo la sensación de que enfadarse de esta forma puede perjudicar seriamente a mi salud, a ver si me va a provocar cáncer...

Que digo yo que la retirada del reservorio no es una cosa urgente pero ¿cómo se confía en una oncóloga que se olvida de las cosas?  (no es la primera vez, ya se había olvidado de mi hígado en aquellos tiempos de sospechas).

Pondremos el contador a cero y ¡ale!, a esperar, mientras tanto voy a contar un poco más: ocho mil, ocho mil uno, ocho mil dos...

lunes, 6 de abril de 2015

Feo y molesto (II)

Dos meses después sigo esperando una llamada, una cita.

Recuerdo con inquietud el comentario que una enfermera hizo sobre mi oncóloga: "es tan despistada..." Así que, aunque ella me advirtió que no sabía cuándo me darían la cita y que podían tardar, espero esperando que no se despistara.

No es que me apetezca mucho volver al quirófano, me incomoda la idea de reencontrarme con el (im)pertinente esparadrapo de turno y me molesta pensar en volver a no poder nadar (unos días) pero... es tan feo y molesto como siempre.




martes, 24 de febrero de 2015

Funk, Tamoxifeno Funk

A finales de agosto y con la perspectiva de mil ochocientas y pico pastillas por delante, me confortó levemente que mi tamoxifeno (sí, ciento ochenta pastillas después ya me he aprendido el nombre) compensara su inquietante lista de efectos secundarios con su talante musical.

Funk, Tamoxifeno Funk.

Ciento ochenta pastillas después la logística me ha llevado a una farmacia no habitual con otro tamoxifeno genérico.Y casi no me importa que las pastillas sean más grandes, y casi no me importa que sean blancas en vez de naranjas, pero no puedo perdonarle que no sea funk.

En un plazo de sesenta pastillas espero reencontrarme con mi tamoxifeno funk. Ameniza la espera el Caballero Reynaldo, viejo conocido vía Flor de Pasión, que por alguna razón tiene su propia experiencia con el tamoxifeno funk.

Que no pare la música.



viernes, 6 de febrero de 2015

Feo y molesto

Tengo que confesar que, a pesar de haber agradecido en tres ocasiones su presencia, nunca he llegado a llevarme bien con mi reservorio.

Mi reservorio ya apenas molesta pero molesta en los momentos más inoportunos y, llamadme superficial, es feo de carallo. Me miro en el espejo e imagino cualquier episodio de "Expediente X", no sé qué tipo de forma viva ha invadido mi hipodermis, parece un pequeño especimen con una larga cola, un alien descolocado.

Y no soy la única a la que le espanta su aspecto. Mi radioncóloga favorita me recomendó que pidiera que me lo quitaran inmediatamente porque me estaba "destrozando la piel", dos citas y dos oncólogas después hay una solicitud de retirada.

- (Oncóloga, antes de verlo) Si te molesta en la próxima cita (dentro de tres meses) pido que te lo quiten.
- (Oncóloga, en el momento de verlo) El lunes hago la petición para que te lo quiten.

Lo dicho, feo de carallo.

martes, 13 de enero de 2015

Doctoras y pacientes

Una revisión ginecológica no es un procedimiento agradable. No es lo peor que te pueden hacer pero tiene algo entre incómodo, humillante y doloroso, todo en un grado asumible, pero todo junto te deja el cuerpo (y el alma) incómodo.

He estado a punto de pedir perdón por no ir cargada de papeles e informes a una ginecóloga que me hacía preguntas mirando al monitor del ordenador; he obedecido todas las indicaciones: fuera ropa, postura, flojita... ; he escuchado atentamente sus explicaciones y, antes de marcharme, he querido poner nombre a mi ginecóloga.

- ¿Cómo te llamas?
- Soy la doctora F.
- Pues encantada.
- Ya te había atendido otra vez.


Me consta que es la ginecóloga que me explicó que la imagen de la ecografía apuntaba a que mi bulto era un carcinoma, me derivó a Lugo y me deseó suerte y ánimo al despedirse. Se me olvidó preguntarle quién era, ¿en qué estaría pensando...?

Por cierto, bonito nombre: doctora.