martes, 24 de febrero de 2015

Funk, Tamoxifeno Funk

A finales de agosto y con la perspectiva de mil ochocientas y pico pastillas por delante, me confortó levemente que mi tamoxifeno (sí, ciento ochenta pastillas después ya me he aprendido el nombre) compensara su inquietante lista de efectos secundarios con su talante musical.

Funk, Tamoxifeno Funk.

Ciento ochenta pastillas después la logística me ha llevado a una farmacia no habitual con otro tamoxifeno genérico.Y casi no me importa que las pastillas sean más grandes, y casi no me importa que sean blancas en vez de naranjas, pero no puedo perdonarle que no sea funk.

En un plazo de sesenta pastillas espero reencontrarme con mi tamoxifeno funk. Ameniza la espera el Caballero Reynaldo, viejo conocido vía Flor de Pasión, que por alguna razón tiene su propia experiencia con el tamoxifeno funk.

Que no pare la música.



viernes, 6 de febrero de 2015

Feo y molesto

Tengo que confesar que, a pesar de haber agradecido en tres ocasiones su presencia, nunca he llegado a llevarme bien con mi reservorio.

Mi reservorio ya apenas molesta pero molesta en los momentos más inoportunos y, llamadme superficial, es feo de carallo. Me miro en el espejo e imagino cualquier episodio de "Expediente X", no sé qué tipo de forma viva ha invadido mi hipodermis, parece un pequeño especimen con una larga cola, un alien descolocado.

Y no soy la única a la que le espanta su aspecto. Mi radioncóloga favorita me recomendó que pidiera que me lo quitaran inmediatamente porque me estaba "destrozando la piel", dos citas y dos oncólogas después hay una solicitud de retirada.

- (Oncóloga, antes de verlo) Si te molesta en la próxima cita (dentro de tres meses) pido que te lo quiten.
- (Oncóloga, en el momento de verlo) El lunes hago la petición para que te lo quiten.

Lo dicho, feo de carallo.