miércoles, 30 de abril de 2014

No es lo mismo

Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero también son inevitables.Y si comparas bien siempre hay pros y contras.

Pros de la quimioterapia en Lugo:
  • Sala de espera para consulta amplia, con sillas para todos a pesar de la gran catidad de gente.
  • Sala de espera (y hospital en general) con grandes cristaleras por las que entra luz.
  • Menor tiempo de espera para la consulta.
  • Oncóloga/oncólogo de referencia.
  • Sala de tratamientos bien equipada: sillas articuladas con mando, sábanas sobre las sillas, servicios de fácil acceso bien equipados, televisiones, sillas para sentarse los acompañantes, percheros para colgar la ropa de abrigo o los bolsos...
  • Enfermeras experimentadas y ágiles.
  • Buena cafetería.
Contras de la quimioterapia en Lugo:
  • Viajar hasta Lugo (con la posibilidad de que no te puedan poner el tratamiento).
  • Mayor tiempo de espera para el tratamiento. 
  • Necesidad de un acompañante que te recoja los medicamentos en la farmacia.
  • Sala de tratamientos sin cobertura para móvil.
  • No te ofrecen la comida del hospital.

Pros de la quimioterapia en Monforte:
  • No tener que viajar hasta Lugo. Hospital a pocos minutos de casa incluso andando.
  • Menor tiempo de espera para el tratamiento.
  • Servicio de farmacia en la sala de tratamientos: te traen los medicamentos y si es necesario viene la encargada de la farmacia a explicarte como administrarlos.
  • Te ofrecen una comida del hospital si sigues con el tratamiento a la hora de comer.
Contras de la quimioterapia en Monforte:
  • Sala de espera para consulta diminuta, con espacio, sillas y oxígeno insuficiente a pesar de la relativamente poca cantidad de gente.
  • Sala de espera (y hospital en general) con escasa luz y demasiada temperatura.
  • Mayor tiempo de espera para la consulta.
  • Oncóloga/oncólogo de turno.
  • Sala de tratamientos con: sillas de skai reutilizadas de las que había en las habitaciones para los acompañantes y sin sábana, servicios de difícil acceso mal equipados, sin televisión, sin sillas ni prácticamente espacio para los acompañantes, sin percheros para colgar la ropa de abrigo o los bolsos...
  • Enfermeras sin experiencia en quimioterapia.
  • Cafetería poco apetecible.

Yo me quedo en Monforte a pesar de todo. ¡Ah!, y el responsable del hospital de día se ha despedido de mí con un "adiós, pirula" ( :D )

¿Vosotros qué elegiríais?

sábado, 26 de abril de 2014

De película

Si no fuera porque cuando te diagnostican un cáncer no estás para muchos chistes deberíamos preguntar eso de "¿cuánto tiempo me queda, doctor?". En las pelis a la gente que tiene cáncer le queda un mes... o un año de vida.

Mi cáncer no es de película, afortunadamente. Y aún así, desde que te diagnostican un cáncer te sorprendes una y otra vez preguntándote si volveras a... a celebrar la navidad, a sacar el balancín al jardín, a matricularte otro curso...

El ginecólogo te dice que vas a pasar un año jodido, parece ser el plazo mínimo para luchar contra un carcinoma sumando quimioterapia, cirugía y radioterapia. Después, en el mejor de los casos, cinco años de terapia hormonal. Parece ser que no hay prisa.

En las pelis la gente de repente cambia de vida y se pone a viajar, a reencontrar viejos amores y hacer las cosas que nunca hizo. Yo preparo comidas, meriendas y cenas, pongo lavadoras, obligo a hacer deberes, compro libretas, reglas y compases, arreglo mi jardín y voy a clases de inglés y de italiano. Daría para una película muy aburrida.


lunes, 21 de abril de 2014

Lágrimas de cocodrilo

Llorando ♪ ♫ me paso el día llorando ♪ ♫ ...

Parece que todo está muy bien pensado y muy bien calculado con esto de la quimioterapia. Hasta está calculado el momento en que puede que, después de aguantar diagnósticos, pruebas, tratamientos y efectos secundarios, las fuerzas mentales pueden flaquear y las lágrimas pueden tender a desbordarse. Y es en este momento cuando en el programa de efectos secundarios se consolida el efecto "llanto perpetuo".

Paradójicamente, sin dejar de gotear, mis ojos necesitan lágrimas artificiales.

Y a pesar de que paso los días llorando muy pocas veces es de verdad.

viernes, 18 de abril de 2014

Cualquier tiempo pasado

Hace algún tiempo abrí un álbum de fotos en mi facebook con el nombre "calquera tempo pasado foi mellor?". La foto que me llevó a abrirlo me llevó también a reflexionar sobre mi forma de verme y ver mi cuerpo, sobre la falta de perspectiva para valorarlo estéticamente y cómo el tiempo me ha hecho el regalo de esa perspectiva, cuando ya no hay nada que hacer, es verdad, pero más vale apreciarlo tarde que nunca.

Cualquier tiempo pasado, ¿fue mejor?

Hace 20 años me tenía por una chica bajita, con piernas cortas y muslos gordos, con demasiado culo y demasiado poco pecho... no me sentía en absoluto atractiva. Ahora miro la foto y pienso que estaba engañada. Tardé 15 años en darme cuenta de que estaba realmente buena.


Pero el tiempo sigue siendo víctima del cáncer y, como si de sus células se tratara, fabrica perspectivas a una velocidad anormalmente acelerada. Y me veo preciosa en las fotos del pasado verano, ese verano en el que me torturaban los kilos adquiridos entre idas y vueltas de Dublín.

No hace ni un año.


domingo, 13 de abril de 2014

Sildavia

Como en Sildavia el tiempo pasa tan despacio...

Supongo que es fácil imaginarse que para un enfermo su objetivo inmediato es curarse y supongo que, partiendo de ese punto de vista, es de buena gente desearle que eso suceda cuanto antes. Pero como ya os he comentado el tiempo es una de las princiales víctimas de un cáncer.

Cuando tienes un cáncer el tiempo vuela lentamente. Los plazos, las esperas... todo sucede exasperantemente lento, hasta que miras atrás y te das cuenta de cuántos meses llevas ya haciendo lo que toca.

Supongo que esa lentitud escurridiza y el hecho de no saber qué viene después hace que no me apetezca que el tiempo pase, que llegue ya lo siguiente (que sea lo que sea sé que va a llegar igual). Quiero vivir estos días tranquillos, en los que me siento bien, en los que no estoy preocupada, no quiero pensar en cuánto queda para nada, ni cuentas atrás ni cuentas adelante, ni en ciclos que han pasado, ni en ciclos que quedan.

Ahora el tiempo pasa a ritmo de un minuto cada sesenta segundos, en el balancín de mi jardín. No hay más.

sábado, 12 de abril de 2014

Quimios y quimios

Antes de tener un caso, propio o cercano, de cáncer, una de las pocas cosas que suenan de tan indeseable aventura es la famosa quimioterapia.

La quimioterapia, que, por cuestión de comodidad, inmediatamente pasa a llamarse quimio, es tan temida como desconocida. Se sabe que tiene efectos secundarios indeseables... y poco más. Y es curioso que en principio parece que la quimio es una y única, como si todos los tipos de cáncer se trataran del mismo modo y con los mismos medicamentos, y "si a mi cuñado no se le cayó el pelo... ¿por qué se te va a caer a tí?"

Pues sí, hay muchos tipos de quimioterapia, con efectos distintos sobre cada persona, la mía es en vena, en ciclos de 21 días (tiempo previsto para que el cuerpo "esté para otra"), con el primero de los medicamentos perdí el pelo, con el segundo me duelen las uñas, mi mano derecha ha quedado algo perjudicada por el procedimiento en sí y llevo un acceso directo a la yugular...

La de tu cuñado probablemente no tenga mucho que ver con la mía.

viernes, 11 de abril de 2014

Oportunidades (V)

Más o menos forzadamente, siempre se puede cambiar el foco de atención de algo grande malo a algo pequeño bueno, y todo cambia.

Después de 4 meses sin pelo (que no digo que sea grande ni malo, es solo circunstancial e incluso cómodo, aunque poco estético) con gorros que me sujetan las orejas tengo la sensación de que mis orejas de soplillo de toda la vida están un poco "doblegadas".

Supongo que volverán a su ser, como espero que vuelva casi todo, pero en este momento ver las orejas un poco menos despegadas es un pequeño regalo.

jueves, 10 de abril de 2014

En casa

Tanto avisar tenía que acabar pasando.

Desde que me diagnosticaron mi carcinoma he oído hablar de la inminente puesta en marcha de los tratamientos de quimioterapia en el hospital de Monforte. Evidentemente no he sido la única, así que he tenido que responder a menudo a la pregunta "¿te ponen la quimio aquí?"... no, mis siete (de ocho) primeros ciclos han sido en Lugo y el octavo (y creo firmemente que último) será en Monforte.

Superado el primer minuto de desconcierto y ya que, me ponga donde me ponga la siguiente quimio, la consulta no va a ser con mi oncóloga habitual, probaremos la barra libre de veneno en casa.

No venía mal un servicio de radioterapia en Monforte. Bueno... en Lugo.

jueves, 3 de abril de 2014

Atrapada en el tiempo

El tiempo es una de las princiales víctimas de un cáncer.

Pocos minutos después de confirmarme que tengo un cáncer en mi pecho izquierdo el doctor C. me dijo que no era el momento de pensar en qué hubiera pasado si hace dos años... y le creí. Quizás me pilló en un momento sensible pero le creí y aplacé pensar en el pasado hasta un hipotético futuro.

Pero el futuro, como ya sabemos todos, no existe. Será por eso por lo que en estos momentos me cuesta tanto mirar más allá de 21 días, hacer planes incluso a medio o corto plazo, sólo soy capaz de pensar qué voy a hacer hasta mi siguiente cita médica y así ir avanzando a poquitos, a golpes de presente.

Sumando estas dos circunstancias me encuentro con que no me vale de nada repasar el pasado y no soy capaz de mirar hacia el futuro, una estrategia buena para no preocuparse por cosas que no han sucedido y no se sabe si van a suceder. Pero...también soy incapaz de hacer planes o de fijar la mente en futuros hipotéticos acontecimientos positivos.

Estoy atrapada en el presente.