sábado, 26 de abril de 2014

De película

Si no fuera porque cuando te diagnostican un cáncer no estás para muchos chistes deberíamos preguntar eso de "¿cuánto tiempo me queda, doctor?". En las pelis a la gente que tiene cáncer le queda un mes... o un año de vida.

Mi cáncer no es de película, afortunadamente. Y aún así, desde que te diagnostican un cáncer te sorprendes una y otra vez preguntándote si volveras a... a celebrar la navidad, a sacar el balancín al jardín, a matricularte otro curso...

El ginecólogo te dice que vas a pasar un año jodido, parece ser el plazo mínimo para luchar contra un carcinoma sumando quimioterapia, cirugía y radioterapia. Después, en el mejor de los casos, cinco años de terapia hormonal. Parece ser que no hay prisa.

En las pelis la gente de repente cambia de vida y se pone a viajar, a reencontrar viejos amores y hacer las cosas que nunca hizo. Yo preparo comidas, meriendas y cenas, pongo lavadoras, obligo a hacer deberes, compro libretas, reglas y compases, arreglo mi jardín y voy a clases de inglés y de italiano. Daría para una película muy aburrida.


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