Si no fuera porque cuando te diagnostican un cáncer no estás para muchos chistes deberíamos preguntar eso de "¿cuánto tiempo me queda, doctor?". En las pelis a la gente que tiene cáncer le queda un mes... o un año de vida.
Mi cáncer no es de película, afortunadamente. Y aún así, desde que te diagnostican un cáncer te sorprendes una y otra vez preguntándote si volveras a... a celebrar la navidad, a sacar el balancín al jardín, a matricularte otro curso...
El ginecólogo te dice que vas a pasar un año jodido, parece ser el plazo mínimo para luchar contra un carcinoma sumando quimioterapia, cirugía y radioterapia. Después, en el mejor de los casos, cinco años de terapia hormonal. Parece ser que no hay prisa.
En las pelis la gente de repente cambia de vida y se pone a viajar, a reencontrar viejos amores y hacer las cosas que nunca hizo. Yo preparo comidas, meriendas y cenas, pongo lavadoras, obligo a hacer deberes, compro libretas, reglas y compases, arreglo mi jardín y voy a clases de inglés y de italiano. Daría para una película muy aburrida.
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