jueves, 18 de septiembre de 2014

Tiempos acelerados

Hoy estoy en la cumbre, doce sesiones por detrás y doce sesiones por delante, justo en la trece.

No sé si el acelerador lineal acelera algo más que electrones pero tengo la sensación de que la radioterapia pasa muy deprisa por mi vida. Supongo que no tener que esperar citas y estar allí cada día ayuda a cambiar la sensación de que el tiempo vuela lentamente por este acelerón inesperado.

A falta de efectos secundarios todo es tranquilo, con una minirrutina instaurada con fecha de caducidad: aparcamiento, caras conocidas en la sala de espera, la voz que me dice que pase a una cabina, los viernes consulta... y otra semana más.

Una rutina con banda sonora que ofrece premios mileuristas entre el aparcamiento y la puerta de radiología: "Veinticino mileuros para hoy, por un eurito solo".

Habrá que comprarle un cupón a esta mujer.

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