Cuando los aliados se convierten en enemigos estamos perdidos.
De vuelta del fisio, con mi zona cervical decorada en rosa fucsia, me resisto, como tantos otros días, a irme a la cama.
Dicen que como en la cama de uno no se duerme en ningún sitio pero yo llevo meses atrasando el momento, durmiéndome en el salón, regresando al sillón a media noche o a primera hora de la mañana, despertando dolorida, descansando precariamente...
Y sí, puedo echarle la culpa a los efectos secundarios de la quimio, a los "daños colaterales" de las cirugías, a los puntos, los drenajes, los brazos delicados... pero el caso es que mi cama en vez de ayudar desgasta.
Quiero/necesito un sueño reparador (cada noche).
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