miércoles, 20 de agosto de 2014

Mon dieu!

Como ya os conté las enfermeras son un mundo y como ya os conté mis venas están cansadas, uniendo estas dos premisas tengo el gusto de presentaros a la enfermera políglota.

Desde el primer contacto, desde casi la primera frase, un paciente sabe si hay o no hay feeling con una enfermera. Hoy no lo había.

Supongo que el hecho de que haya puesto en duda la información que yo le he proporcionado sobre mí misma no es un buen comienzo:
- El brazo izquierdo no se puede pinchar, y la mano derecha tampoco...
- Lo de la mano... (está por ver)

Supongo que su empeño en usar esparadrapo sin miramientos, argumentando que el de papel no da alergia, tampoco ha ayudado.

Pero lo que ha acabado con nuestro posible buen rollo ha sido su incapacidad de pensar en su paciente:
- (Enfermera intentando encontrar la vena que utilizaron el lunes para la analítica) ¡Bffffff, dios mío!
- (Yo, con la vía ya correctamente colocada) No deberías decir "dios mío" cuando estás pinchando a alguien.
- Bah, si ya llevo pinchados un montón... si quieres digo Mon dieu!, que es dios mío en francés.

Empatía cero. Auf Wiedersehen, enfermera poliglota.

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