lunes, 14 de julio de 2014

Good news

Con un informe de tres caras en la mano y la explicación casi inteligible de la cirujana, hoy, por fin, tengo la sensación de haber recibido una buena noticia: mi teta se queda como está.

Así que tras 21 días con mi teta nueva recosida, intentando no cogerle demasiado cariño y evitando hablar de ella, por fin me atrevo a presentarla en sociedad. Mi teta izquierda tiene la areola viajera rodeada de puntos (yo cuento 12) y una cicatriz hacia el sobaco en la que los puntos van por dentro y no tengo ni idea de cuantos son. Utilizaron la misma incisión para hacer el vaciado de los ganglios de la axila con lo que al final solo tengo una cicatriz (y solo llevé un drenaje).

A pesar de que las cifras son impresionantes: 8,5 x 7 x 5 cm (con una superficie de 6 x 1 cm), lo que queda de mi teta izquierda se parece sorprendentemente a mi teta derecha.

Y, aunque conservo parte del tejido teñido por el tinte de la primera intervención, mi teta pitufa ahora es mi frankensteta. Bienvenida, frankensteta.

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