miércoles, 23 de julio de 2014

La pregunta (II)

Hoy me han tocado una cara y una especialidad nueva en mi visita al HULA, rehabilitación. Tras diversas manipulaciones y medidas ha llegado el momento de las recomendaciones para el cuidado del brazo con riesgo de linfedema.

Las recomendaciones no son nuevas pero cada persona (o equipo de personas) añade algún matiz nuevo, una fotocopia, folleto o librito con nuevas ilustraciones, o alguna recomendación personal basada en experiencias normalmente ajenas.

En la fotocopia de hoy una serie de dibujitos recoge los ejercicios para favorecer el drenaje linfático. La doctora me iba explicando: apretar una pelota de espuma en la axila, doblar los brazos llevando las manos a los hombros, mover la mano como si desenrosacaras una bombilla, mover los brazos como si nadases a braza, mover los brazos como si nadases a crol... La pregunta era inevitable: "pero... ¿puedo nadar?"

Si tuviera menos necesidad psicológica de nadar quizás hubiera interprretado su sí como un no: si controlas el esfuerzo, si vigilas si el brazo cambia de aspecto, si consigues evitar los cambios bruscos de temperatura...

Ya solo me queda el permiso de la oncóloga, cruzaré los dedos mientras muevo los brazos como si nadara a braza o a crol.

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