jueves, 3 de julio de 2014

Relatividad


Como ha quedado sobradamente demostrado todo es relativo y lo que hoy es bueno mañana puede no serlo tanto.

En mi nueva "etapa sin" mi brazo derecho también lleva su parte: sin ganglios. Y un brazo sin ganglios se convierte en un brazo potencialmente "delicado". Sobre él pende la espada de Damocles del linfedema de modo que hay que ocuparse de mimarlo y cuidarlo de forma especial: hacer ejercicios preventivos a diario, no coger pesos, evitar heridas, evitar temperaturas extremas y cambios bruscos de temperatura... y, como la mano es la parte más activa y vulnerable de la extremidad, mi mano izquierda se ha convertido en "la mano mala".

Con mi mano derecha recuperando su volumen (que no su aspecto), dolorida y algo demediada, me encuentro con la paradoja de que la que gracias a la quimioterapia era mi "mano mala" ahora es mi "mano buena", la que se ocupa del trabajo sucio que hasta ahora estaba compensando la izquierda.

En el país de los ciegos el tuerto es el rey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dimes y diretes