martes, 7 de octubre de 2014

Rabudo


Mi última sesión de radio coincidió con el "cabodano del jamacuco" (como él dice) del señor Rabudo y con el día en el que él tenía que recibir el resultado de su resonancia de control.

El señor Nacho Mirás, aquel que me puso en el camino del conocimiento radiooncológico, que me habló de freidoras atómicas y aceleradores Siemens cuando aún quedaban lejos en mi horizonte predestinado, estaba en mi mente en la sesión de despedida, como lo estuvo en muchos otros momentos y, sobre todo, cuando veía en la esquina de la sala de paredes de plomo las máscaras apiladas.

La resonancia magnética, a pesar del calentón de pasear por el cerebro del "valiente acojonado", ha escupido buenas noticias. Y me alegro como si lo conociera.

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