Dicen que no hay enemigo pequeño, doy fé.
Después de un par de cortes, cuatro puntos, un estupendo hematoma, un cuerpo extraño (mi reservorio) y un tubito debajo de la piel, lo que más molesta es... el apósito/esparadrapo de turno.
Aunque no es la primera vez que los esparadrapos me arrancan el vello, me irritan o me producen algún tipo de sarpullido si que es la primera vez que me arrancan la piel, literalmente. Y acepto que tengo la piel maltratada, que está fina y probablemente deshidratada pero debía de haber alguna alternativa menos agresiva para cubrir puntos y cicatrices.
No hay enemigo pequeño y este intentó rebanarme el pescuezo...
¡será animal...!
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