jueves, 6 de marzo de 2014

Cousas da lingua

Permitidme aprovechar mi neobilingüismo para llamar a esto, que en castellano no suena tan bien.

A mi lengua le pasan cosas, un montón. Desde que empecé con la guerra química mi lengua ha sufrido inflamaciones, heridas, papilas sensibles, sensaciones extrañas, sabores desconocidos, dolores diversos... cousas da lingua. Nada agradable pero nada grave.

La nueva quimio me lleva de paseo por viejas lecciones de naturales, dibujos de lenguas con zonas delimitadas por sabores, explicaciones de papilas que perciben uno u otro sabor... y es que de repente dejé de notar el sabor salado y todo empezó a saber inapropiadamente dulce. Es extraño y curioso, el rissoto sabe dulce, la crema de calabacín bien podría pasar por un postre verde y el jamón cocido merece esa denominación viejuna de "jamón dulce". Menos mal que me queda el picante para no sentirme presa en el mundo de "Tarta de fresa".

Y como donde sí que estoy presa es en el chiste de "tengo una noticia buena y una mala" os debo la buena: mis papilas solo permanecen trastornadas unos días, toda una experiencia.

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