viernes, 21 de marzo de 2014

Comunicación

La comunicación con mi oncóloga es insatisfactoria.

Quizás el posible feeling en esta relación se esfumó con su primer golpe de risa. Que está bien que tu oncóloga se ría, pero no de las virtudes preventivas de la lactancia materna tras enterarse de que di pecho ochos años initerrumpidos (por mucho que tu fé en tales virtudes esté seriamente herida).

Pero además de la falta de feeling la comunicación no es nuestro mejor aliado.

Tras salir de varias consultas con la sensación de no haber sido escuchada, de que no me habñia dejado acabar de hablar, de no haber tenido ocasión de preguntar, hoy me he presentado con mis preguntas apuntadas en un folio y las he ido disparando una tras otra.

Respuestas:
  • No metí la pata no tomando el antiemético el pasado ciclo, es simplemente para las nauseas (que no tuve)
  • El protector de estómago es para los días que tome el antihemético, si tengo ardor de estómago puedo tomar un antiácido.
  • Con el reservorio puedo hacerme resonancias, radiografías y puedo atravesar los detectores de metales de los aeropuertos sin que piten. Pero NO puedo nadar (de momento).
  • No puedo tumbarme a tomar el sol y por la calle tengo que usar protección con pantalla total.
  • No debería tomar alcohol aunque de forma esporádica y muy ocasional podría tomar una caña (por ejemplo).

La falta de comunicación se hace patente en las dudas sobre sus respuestas que me han surgido de vuelta en el coche. Dar una respuesta sin una explicación no es una buena forma de comunicarse. Aceptar una respuesta sin reaccionar y preguntar "por qué"  no es una buena forma de comunicarse.

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