martes, 4 de marzo de 2014

Disfraces y pijamas

Como ya he comentado alguna vez, la vida está llena de oportunidades.

Este invierno de ciclogénesis y borrascas se está alargando hasta la primavera, ya inminente en los árboles, y amenaza el desfile de comparsas del martes de carnaval. Las autoridades municipales han decidido trasladarlo al sábado y el hueco en mi casa se llama oportunidad.

Además de un hijo adolescente tengo una hija, de 10 años, sociable y con ganas de fiesta, que lleva unos días preguntándome si puede hacer una fiesta de disfraces/pijamas. Con el cuerpo para pocas fiestas y la convicción de que estos días era difícil juntar a sus amigas, le he ido dando largas.

Hoy, después de unos días "complicados", me siento bastante persona y no tengo claro ni cuanto va a durar ni si se va a repetir esta circunstancia. Y llevo días queriendo premiar de alguna forma su dulzura, su ternura, su empatía, su ayuda, su autonomía haciendo los deberes y hasta la mejora de sus notas (aunque me conste que es por alguna extraña y casual conjunción astral).

Martes de carnaval: fiesta de disfraces y pijamas en casa de Aivou.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dimes y diretes