martes, 4 de febrero de 2014

Tranquilidad y buenos alimentos

Ahora puedo confesar mi escepticismo: no acabé de creerme que el aumento de mis defensas fuera solo cuestión de tiempo.

Supongo que influye el hecho de que cada persona te dé un bienintencionado consejo dietético para tener las defensas a punto (que sumados pueden aportar a tu vida o bien una dieta más o menos completa o, en el peor de los casos, un toque de realismo mágico).

Supongo que influyen las preguntas propias o ajenas sobre si no me han dado nada para recuperarlas o si cuatro días son suficientes.

Y con mi carga de confianza escéptica a cuestas he comprobado que sin hacer nada especial mis defensas han pasado de 900 (por debajo de 1500 no te ponen la quimio) a 3800.

Parece ser que el método es el siempre repetido por mi madre: "tranquilidad y buenos alimentos".

(En cualquier caso, para evitar más retrasos en la quimio, esta vez vengo armada con tres inyecciones para espabilar mi médula.)

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