domingo, 16 de febrero de 2014

Rabudo

Sentirse entendido es una sensación reconfortante, que alguien verbalice sentimientos que no sabes cómo transmitir (por no hacer daño, por no encontrar la forma, por no ser siquiera consciente de que existen) también reconforta.

Pocos días después de presenciar la crisis epiléptica de mi hija, Carlos me habló de Nacho Mirás, un compañero de trabajo, que también había sufrido una crisis, al parecer por estrés. Aterricé en sus días tristes y depués supe de su diagnóstico, su operación... pero hasta hoy no había vuelto a pasarme por su blog.

Nacho Mirás es un virtuoso de la palabra que lucha contra un cáncer, un astrocitoma anaplásico en grado III, y usa la palabra en su lucha.

Tras un fin de semana sumergida en sus últimos meses me voy a la cama sabiéndome uno de "los que tenemos células salvajes que se empeñan en trascender por encima de nosotros mismos"

Gracias, Nacho.

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