lunes, 17 de febrero de 2014

Gente tóxica

Supongo que ahora se me podría acusar con fundamento de ser "gente tóxica", de hecho mis citas con la oncóloga tienen, además de fecha, nombre y apellido: control de toxicidad.

Ahora que mi tiempo se mide en periodos de tres semanas, cada tres semanas se repite una secuencia tóxica en la que mi cuerpo se convierte en un desconocido que vuelve poco a poco a algo parecido al estado inicial.

Las primeras semanas todo el cuerpo es extraño y no "se relaciona" con nadie, ni siquiera conmigo, es como un envoltorio ajeno a mí que me sirve para moverme de un lado a otro, un envoltorio tóxico.

Las segundas semanas lo más raro es la boca, una boca áspera, hinchada, con heridas, que sabe mal, que duele... es difícil hasta dar besos, mis besos tóxicos.

Las terceras semanas siento que mi cuerpo vuelve a ser yo. Es el momento en el que si no recupero mi actividad sexual no volveré a planteármelo en otras tres semanas, otras tres semanas (más) tóxicas.

Y, salvo mi creciente redondez y la alopecia, nada fuera de mí desvela mi toxicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dimes y diretes