jueves, 12 de diciembre de 2013

Puntos

Cuatro (o cinco) puntos menos, pedazo multa.

Quince días después de operarme aún llevaba los puntos en la axila. Según la enfermera competente es mejor dejarlos más tiempo porque es una zona muy grasa y es más fácil que se abran.

Ahora solo tengo una cicatriz, que me estoy acostumbrando a ver, como me acostumbré a ver la gomita del drenaje saliendo de la cicatriz y como me acostumbré a ver el agujerito que dejó junto a los cuatro (o cinco) puntos cuando me la quitaron. 

Mi cicatriz no tiene mal aspecto, con el paso de los días hasta su textura mejora visiblemente, ya la miro sin repelús y la froto con aceite de rosa mosqueta, hasta (casi) he superado el miedo visceral a que se abra espontáneamente.

Sé que no va a ser la única cicatriz y que tendré que acostumbrarme a controlar ese vuelco del estómago otra vez para limpiarla, para secarla, para moverme y para tocarla...


Y sé que no es lo único a lo que me tendré que acostumbrar.

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