domingo, 29 de diciembre de 2013

Antibiótico

Algo me dice que no acompañe la palabra antibiótico con el adjetivo primer(o).

Un dolor punzante en la garganta, uno de esos dolores a los que en condiciones normales no haría ningún paso y esperaría a que se me desapareciera a golpe de miel y limón, me llevó al médico. Intenté negociar, sin mucha convicción, la posibilidad de no tomar antibiótico o de aplazarlo, pensando en candidiasis y efectos colaterales similares. Esa misma tarde tomé el primer sobre.

Eran tres días de antibiótico, y de momento, terminados los tres días, no han aparecido efectos colaterales. Tengo que recordar no preocuparme en vano y no considerar si será el primero o no de más antibióticos.

Recordar: preocuparse solo cuando haya una razón objetiva para hacerlo.